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Militares vigilan unas instalaciones petrolíferas. :: reuters
La guerra de las élites por el poder desangra Sudán del Sur

La guerra de las élites por el poder desangra Sudán del Sur

El país más joven del mundo está paralizado por la corrupción, el robo y el conflicto armado que ya ha desplazado a dos millones de personas

GERARDO ELORRIAGA

Martes, 13 de septiembre 2016, 00:16

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Las élites de Sudán del Sur han construido un régimen cleptocrático que controla todos los sectores de la economía y han desperdiciado una oportunidad histórica para el desarrollo de un Estado funcional. Esta devastadora conclusión se encuentra en un informe, presentado ayer, que analiza la situación del país más joven del mundo. El análisis asegura que «estas redes económicas depredadoras juegan un papel central en la guerra civil» ya que, según la investigación, el conflicto responde a los deseos de renegociar su participación en el poder político y económico a través de la violencia. La guerra civil en la república africana ha costado decenas de miles de muertos, dos millones de desplazados y agravado la inseguridad alimentaria de 40% de la población.

El robo a gran escala caracteriza la actividad de la Administración pública de Sudán del Sur, tal y como asegura el dosier elaborado por The Sentry, una unidad de investigación impulsada por el actor George Clooney y varias ONG. El Ministerio de Finanzas gestionaba en 2004 un presupuesto de 125.000 euros al cambio, que se convirtió en más de 16.000 millones solo cuatro años después. En 2012, el presidente Salva Kiir acusó a 75 ministros y financieros de haber sustraído más de 3.500 millones y el estudio señala que únicamente se recuperó el 1,5%.

La desmesura se acompaña de grandes carencias. El gasto público ha llegado a triplicar el de Kenia, que goza de una economía cinco veces superior. Sin embargo, Sudán del Sur carece de un edificio que acoja el Banco Central, por ejemplo. Los ingresos del petróleo, el principal recurso nacional, no se invierten en los sectores esenciales de la economía, revela el documento. Entre el 80% y el 90% del presupuesto se queda en Juba, la capital, y no menos del 40% se destina al apartado militar.

El rol del Ejército resulta esencial y controla todos los aspectos de la economía, los contratos públicos y principales desembolsos. Las Fuerzas Armadas contaban con 745 generales en 2011 y la guerra civil enmascara una pugna interna por el reparto de esos fondos. Kiir se deshizo de Riek Marchar, ex vicepresidente y líder de la oposición, para privilegiar a su círculo del Estado de Warrap, aunque ese cambio no favoreció a los habitantes de esa zona, donde el 93% de la población sufre hambre.

Los dos bandos han desviado miles de millones hacia Kenia, Uganda y Australia, entre otros destinos. La oposición ha destruido la infraestructura petrolífera para eliminar los suministros del Gobierno y los mandos castrenses se benefician de la especulación de divisas, la apropiación de las pagas de sus tropas o la inclusión de 40.000 soldados fantasmas para aumentar las partidas. La situación del país es caótica, según The Sentry. La guerra y la corrupción han alejado las inversiones extranjeras y la ayuda humanitaria y el futuro aparece hipotecado por préstamos con alto interés solicitados por la Administración. Además, la guerra ha causado la subida del 300% en los precios de los alimentos.

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