Un Trump incorregible vuelve a insultar a la comunidad negra

Desviándose de la estrategia diseñada por su equipo para seguir el martilleo contra Clinton, Trump señaló que la situación de la comunidad negra en zonas urbanas con gobiernos locales demócratas es incluso peor que en zonas de guerra como Afganistán o Irak. De ser elegido presidente, el candidato republicano prometió que acabaría con la criminalidad y mejoraría la seguridad en las calles, el desempleo descendería y mejoraría la calidad de vida de las comunidades negras.

La campaña de Trump busca lograr una remontada en septiembre y mejorar su intención de voto entre negros y latinos con una apelación más directa y agresiva a estas minorías. Al tiempo que evita actos en localidades negras e hispanas y el candidato se presenta únicamente en ciudades de población casi por completo blanca, que en ocasiones incluso colindan con vecindarios de comunidades de color.

Trump ha rechazado repetidamente llamadas de simpatizantes de la campaña para hablar ante iglesias, universidades y organizaciones negras, como la prestigiosa Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color, NAACP, la organización nacional más importante del país de defensa de la minoría negra y clave en cualquier candidatura a la presidencia. Según los sondeos, Trump apenas alcanza el 1% del voto negro del país, el porcentaje más bajo de todos los tiempos en un candidato republicano.

Por su parte, la comunidad hispana se ha movilizado contra la 'amenaza Trump' y el miedo ante un posible endurecimiento de las medidas de inmigración por medio de campañas de naturalización a través del país en las que cientos de latinos se han convertido en ciudadanos y podrán votar en noviembre para «parar a Trump».

Ciudadanos hispanos

En una reunión con representantes hispanos conservadores en Los Angeles la semana pasada, el candidato republicano insistió en la creación de empleo como prioridad para esta comunidad y anunció su interés en encontrar una forma «más humana y eficiente» de tratar con el problema de la inmigración ilegal en el país. Esta iniciativa coexistiría en cualquier caso con su ya conocida política de reforzamiento de la seguridad fronteriza con México.

Según el abogado de inmigración Jacob Monty, de Texas y presente en la reunión, fue «un alivio escuchar a Trump admitir que ni es posible ni humano deportar a los cerca de 11 millones de indocumentados del país».