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Rueda de prensa del nuevo viceprimer ministro sursudanés, Taban Deng Gai. :: T. K. / afp
El exilio del líder opositor agrava la situación de Sudán del Sur

El exilio del líder opositor agrava la situación de Sudán del Sur

La huida de Riek Machar recrudece la situación militar del país, inmerso en un drama humanitario de violencia, que espera el final de la guerra civil

GERARDO ELORRIAGA

Viernes, 19 de agosto 2016, 00:28

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La salida del país de Riek Machar, líder de la oposición en Sudán del Sur, ha sumido al Estado africano en una atmósfera de desconcierto. La partida hacia el exilio del caudillo, al que se sitúa en Chad o Tanzania, supone un síntoma del agravamiento de la situación militar y dificulta los esfuerzos de los negociadores extranjeros para desplegar, con el beneplácito de los contendientes, fuerzas neutrales que contribuyan al fin de la guerra civil.

La dramática situación de sus habitantes puede empeorar aún más, según declaraciones a este periódico de Zlatko Gegic, director de la ONG Oxfam en la república. «Si las condiciones de seguridad empeoran, será logísticamente imposible proveer de cualquier tipo de asistencia», señaló. El apoyo de las organizaciones internacionales resulta fundamental ya que unos 4,8 millones de habitantes, la tercera parte de su población, sufre una severa hambruna.

La marcha del ex vicepresidente coincide también con la difusión de un informe de Unicef que revela las dimensiones de la catástrofe social. Al menos 250.000 menores sufren desnutrición aguda grave, 13.000 muchachos se encuentran en paradero desconocido o han perdido el contacto con sus padres, según este documento, que también denuncia que otros 16.000 han sido reclutados por las fuerzas armadas que combaten desde el inicio de la crisis, en diciembre del año 2013.

La agencia de Naciones Unidas menciona, asimismo, el uso sistemático de la violación, la explotación sexual y el secuestro como arma de guerra en condiciones de total impunidad. «El sueño que todos compartimos para los niños de este joven país se ha convertido en una pesadilla», ha asegurado Justin Forsyth, director ejecutivo adjunto de la entidad, tras su regreso de la zona.

Dos millones de desplazados

Los combates entre la guardia del presidente Salva Kiir y sus oponentes hace un mes en la capital Juba han agudizado la tragedia. «Fueron cinco días de intensa lucha en el interior del casco urbano», recuerda Gegic. Los enfrentamientos ocasionaron 300 muertos y el caos fue aprovechado para el pillaje de viviendas, la misión de la ONU (Unmiss) y los almacenes del Programa Mundial de Alimentos. «Fueron saqueados 4.500 toneladas de víveres que hubieran abastecido a 220.000 personas durante un mes», lamenta y advierte de la reanudación del conflicto armado en otras provincias como Western Equatoria o Unity.

La guerra entre facciones ha provocado la mayor urgencia humanitaria de la actualidad. Más de 2,5 millones de personas han abandonado su hogar y, desde la apertura de las fronteras el pasado 16 de julio, 60.000 sursudaneses han buscado refugio en los países limítrofes. El alineamiento de las fuerzas de Kiir con la comunidad dinka y el apoyo nuer a la milicia de Machar ha incluido el peligroso componente étnico en un territorio desgajado por ancestrales odios a menudo resueltos mediante masacres y secuestros. «Hay preocupantes indicios de que el acceso humanitario está siendo denegado en función de las filiaciones políticas», apunta el director local de Oxfam.

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