Borrar
La aspirante demócrata Hillary Clinton junto a su marido Bill y a su candidato a la vicepresidencia Tim Kaine. :: SAUL LOEB / afp
El ejército de Hillary contra Trump

El ejército de Hillary contra Trump

Los demócratas echan mano de 'estrellas paralelas', como el matrimonio musulmán cuyo hijo murió en la guerra de Irak

MERCEDES GALLEGO

Sábado, 30 de julio 2016, 00:20

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

A menudo son los pequeños grandes héroes de a pie los que dan la fuerza a los grandes discursos políticos. Seres humildes que observan intimidados por la luz de los focos desde un palco de honor en el Congreso o la Casa Blanca mientras el presidente relata sus conmovedoras historias. El jueves, Hillary Clinton les dio el micrófono y tiempo estelar en la parrilla de su convención porque sabe que son la mejor munición contra la demagogia fascista de Donald Trump.

Se trataba de ponerle cara y voz al falso enemigo que ha creado. El millonario que enfrenta a unos contra otros pinta a todos los mexicanos como «criminales, traficantes y violadores» y a todos los musulmanes como «terroristas». Trump propone vetar la entrada de cualquier musulmán y suspender la inmigración de todos los países «comprometidos por el terrorismo», sin que se sepa si eso incluiría a Francia y Bélgica. Su última línea de ataque contra Hillary es por «poner en peligro la seguridad del país» al querer aumentar el número de refugiados sirios «sin investigarlos un 550%» sobre «el flujo masivo que ya llega a nuestro país». En realidad, el Gobierno de Obama sólo ha aprobado un cupo de 10.000 refugiados sirios, de los que en los primeros siete meses del año sólo han llegado 1.736, porque el proceso para verificar que no representan ningún peligro es exhaustivo, burocrático y a menudo injusto. A España la Unión Europea le asignó una cuota de 16.000 refugiados, de los que hasta marzo sólo había admitido 850.

El excéntrico multimillonario se ha convertido en la voz de una extrema derecha que demanda a Clinton que hable de la radicalización del islam cada vez que se produce un atentado en el mundo, pero el gobierno de Obama y su sucesora prefieren recordar que el islam es una religión de paz, atacada desde dentro por extremistas que la deshonran. Entre sus víctimas, Humayun Khan, un joven capitán del Ejército estadounidense de origen pakistaní que falleció en Irak a los 27 años al dar su vida por apartar a sus compañeros de un coche bomba. Nadie mejor que su doliente padre para reclamarle directamente a Trump que «tú no has sacrificado nada ni a nadie».

No lo dijo con rabia y a gritos, como le había espetado antes el reverendo William Barber, que también levantó de sus asientos a todo el Wells Fargo, sino con una sentida serenidad, que desenmascaró de golpe el falso compromiso del multimillonario. Toda la convención demócrata le rindió una gran ovación en reconocimiento al enorme sacrificio que había hecho entregando a su hijo, y el servicio a la patria de poner a Trump en su sitio. «¿Ha leído usted alguna vez la Constitución?», le preguntó agitando el documento fundacional de EE UU. «Porque si no, yo le presto con gusto el mío. Encontrará ahí las palabras 'libertad' e 'igualdad de protección ante la ley'. Y si va al cementerio de Arlington verá también las tumbas de valientes patriotas de todos los géneros, religiones y etnias que murieron defendiendo a los Estados Unidos de América».

«La Unión más perfecta»

Según su hija Ivaka, Trump es «ciego a los colores y neutro al género», pero Karim Abdul Jabbar cree que su confusión es mucho mayor. Por eso se presentó como Michael Jordan, «porque no creo que Donald Trump sepa ver la diferencia», bromeó el antiguo jugador de baloncesto, ganador de seis anillos de la NBA.

Negros, hispanos y musulmanes se unieron en esa noche final de la Convención Demócrata a la mujer que representa a otro gran segmento de los insultados por Trump. Quien aspira a ser su abogada en la Casa Blanca enarboló la bandera de «la Unión más perfecta» que se alcanza con su nominación y, desde el púlpito en que convirtió a la convención, el reverendo Barber reclamó a Trump que utilice «cínicamente» la fe como vehículo para «el odio, el miedo, el racismo y la avaricia. Jesús, un judío palestino de piel morena, nos encargó predicar buenas nuevas a los pobres, los frágiles, los magullados y a los que se les hace sentir que no son aceptados».

A esas horas, la campaña de Trump tuiteaba una foto en la que oraba en su avión privado con su vicepresidente Mike Pence. Los evangélicos serán su Ejército. El de Clinton, el pueblo.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios