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El condenado, Frank S., llega a su juicio en la ciudad alemana de Düsseldorf. :: afp
14 años de cárcel por apuñalar a la alcaldesa de Colonia

14 años de cárcel por apuñalar a la alcaldesa de Colonia

El tribunal considera que la agresión a Henriette Reker con un cuchillo de caza fue para «crear un clima de miedo e influir en la política» en plena crisis de los refugiados

J. C. BARRENA

Viernes, 1 de julio 2016, 23:57

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Berlín. Casi ocho meses después del ataque con un cuchillo que casi cuesta la vida a la hoy alcaldesa de Colonia, Henriette Reker, el autor del atentado, un hombre de 45 años de ideología neonazi, fue condenado ayer a 14 años de cárcel por intento de asesinato y lesiones físicas por la Audiencia Superior de Düsseldorf. «Quiso crear un clima del miedo e influir en la política», subrayó la presidenta de la cámara, la juez Barbara Havliza, quien comentó que con el atentado el acusado pretendía «dar una señal contra la política de refugiados del Gobierno federal».

El pasado 17 de octubre y un día antes de las elecciones municipales en Colonia, Frank S., de 45 años, atacó con un gran cuchillo de caza a su víctima en plena calle e hirió a varias personas mas. El atentado se produjo cuando el flujo de refugiados a Alemania se encontraba en pleno apogeo. La hoja cortó casi completamente la tráquea y alcanzó una vértebra de la mujer de 59 años, que estuvo varios días entre la vida y la muerte sometida a coma inducido. Reker era entonces responsable del departamento de acogida de refugiados en Colonia y al día siguiente, sin ser ella consciente, fue elegida por una gran mayoría de sus conciudadanos como nueva alcaldesa de la ciudad.

Durante el proceso Frank S. aseguró varias veces que nunca tuvo intención de matar. «Solo quise herir a la señora Reker, por eso está viva hoy», declaró ante el tribunal, al que dijo que su intención era solo impedir que llegara a ser alcaldesa. El acusado no era un desconocido para la policía. En los años 90 militó en grupos de la extrema derecha en Bonn y había cumplido ya condenas que sumaban tres años por varios delitos violentos, todos de motivación política neonazi.

Su presencia se había registrado además en varias marchas neonazis para honrar a Rudolf Hess, el que fuera lugarteniente de Adolf Hitler. Durante el proceso los responsables de la investigación del caso señalaron que Frank S. había barajado la posibilidad de atentar contra la canciller federal, Angela Merkel, pero que lo desestimó ante el fuerte despliegue de seguridad que rodea a la jefa del Gobierno germano.

El autor del atentado acusó a la alcaldesa de Colonia de defender «una política de izquierdas radical y esotérica». La independiente Henriette Reker llegó, sin embargo, a la jefatura de la casa consistorial con el apoyo durante la campaña de cristianodemócratas, liberales y verdes. La jueza Havliza subrayó que el ya condenado consideraba que «el Gobierno federal no es competente para permitir el ingreso en el país de refugiados» y «estaba cometiendo traición».

Entorno hostil

En las doce sesiones del juicio, Frank S., pintor de brocha gorda en el paro, no fue un procesado normal. Declaró largo y tendido, respondió a preguntas de la fiscalía y la acusación particular y dio detalles sobre su vida. Dejó claro que se siente un marginado social maltratado primero por sus padres adoptivos y luego por la Policía y el Estado. Un psiquiatra forense dictaminó una alteración de la personalidad de tintes paranoicos y narcisistas. Frank S. considera que vive en un entorno hostil y sufre con el sentimiento de que no puede decidir por sí mismo.

El atentado fue un intento de demostrarse a sí mismo que controla las cosas y de darle sentido a su vida, dijo el doctor Norbert Leygraf, que le consideró pese a todo responsable de sus actos. La hoy alcaldesa de Colonia, Henriette Reker, sobrevivió milagrosamente al atentado y hoy ejerce como alcaldesa de la ciudad renana.

El acusado, Frank S., ingresará en una prisión de alta seguridad para cumplir la pena, más baja de lo esperado. Sus propios abogados pedían que no excediera de 15 años y la fiscalía reclamaba cadena perpetua.

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