Borrar
Un artificiero de la Policía examina un equipaje en el aeropuerto de Pudong, en Shanghái. :: Aly Song/ reuters
Una explosión en el aeropuerto de Shanghái dispara las alarmas en China

Una explosión en el aeropuerto de Shanghái dispara las alarmas en China

El sospechoso, que trató de suicidarse sin éxito, hizo estallar un artefacto casero en una lata de cerveza junto a los mostradores

ZIGOR ALDAMA

Lunes, 13 de junio 2016, 01:02

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Las imágenes de las cámaras de seguridad no dejan lugar a duda sobre lo sucedido ayer en la terminal 2 del aeropuerto internacional de Pudong, en Shanghái: un hombre lanza una botella de cerveza que estalla junto a los mostradores de facturación y el caos hace que los pasajeros, presas del pánico, salgan corriendo en todas las direcciones.

Lo que no se puede deducir de la grabación es el porqué de una acción que hizo saltar todas las alarmas en China. Más aún cuando la Policía anunció que el sospechoso había tratado de suicidarse poco después cortándose el cuello. Pronto, las redes sociales se llenaron de conjeturas sobre los motivos, entre los que destaca la posibilidad de que se produzca un atentado terrorista perpetrado por algún radical islamista uigur de la región noroccidental de Xinjiang, uno de los polvorines étnicos de China.

Fabricación casera

Sin embargo, como suele suceder en estos casos, las autoridades han proporcionado muy pocos detalles sobre la investigación en curso. Se sabe que el ataque se llevó a cabo a las 14.20 horas con explosivos de fabricación casera, que el principal sospechoso se encuentra en estado crítico en un hospital de Shanghái y que la deflagración ha dejado otros tres heridos de diversa consideración. Aunque militares armados tomaron el control de la terminal tras el suceso, los vuelos no se vieron afectados y las instalaciones volvieron pronto a la normalidad gracias a la escasez de daños materiales.

En un principio se pensó que el estallido se había debido a la deflagración accidental de material pirotécnico, y luego se mencionó la posibilidad de que el sospechoso hubiese detonado dos artefactos y no sólo uno. En cualquier caso, a la espera de más información, no sería la primera vez que alguien sin ningún tipo de afiliación política o religiosa toma una decisión tan extrema en un aeropuerto: sucedió en 2013 cuando un hombre hizo estallar un pequeño artefacto en las instalaciones de Pekín por una disputa personal. A pesar de no haber provocado heridas a nadie más que a sí mismo, fue condenado a 6 años de cárcel.

Otros episodios más graves han dejado decenas de muertos en casos de ataques contra autobuses públicos motivados por problemas personales. El último, el pasado mes de abril, dejó 8 fallecidos, mientras que otro en enero provocó 17 muertos. El más notorio, en 2013, se cobró la vida de 47 personas inocentes.

Diferentes especialistas han alertado del preocupante aumento de este tipo de casos. Algunos lo achacan en parte a fallos en el sistema judicial chino y afirman que la solución pasa por la creación de un Estado de Derecho sólido.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios