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Un grupo de gente hace cola a las puertas de un supermercado de Caracas para comprar alimentos. :: RONALDO SCHEMIDT / afp
La OEA examina a Venezuela

La OEA examina a Venezuela

El organismo internacional decidirá en los próximos diez días si expulsa a Caracas por la «alteración del orden constitucional» en el país

MILAGROS LÓPEZ DE GUEREÑO

Miércoles, 1 de junio 2016, 00:47

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El uruguayo Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) convocó ayer al Consejo Permanente del organismo internacional para que entre los días 1 al 10 de junio se pronuncie sobre «la alteración del orden constitucional y cómo la misma afecta gravemente el orden democrático» de Venezuela. Si finalmente encuentra que existe ruptura democrática, el país petrolero podría ser expulsado del ente. La atrevida decisión del excanciller uruguayo ha sido recibida con indignación por el Gobierno de Nicolás Maduro, que acusa a la OEA de trabajar para la CIA «igual que en el pasado» y ha convocado para hoy una manifestación de rechazo.

La convocatoria de Almagro está documentada en un informe de 132 páginas y es la primera vez desde que en 2001 se aprobó el mecanismo de la Carta Democrática que el proceso se inicia en contra de la opinión del Gobierno afectado. El actual titular de la OEA invocó el artículo 20, que autoriza al secretario general o a cualquiera de los 35 Estados miembros a pedir la convocatoria inmediata del Consejo Permanente cuando se considere que se ha producido una ruptura constitucional.

Si el Consejo considera por mayoría de 18 miembros que existe «alteración» se pueden aplicar medidas. La primera es realizar gestiones diplomáticas para «promover la normalización de la institucionalidad democrática». De fracasar, se convoca la Asamblea General, que oportunamente se celebrará del 13 al 15 de junio en República Dominicana. La sanción final sería la expulsión temporal de Venezuela de la OEA pero necesita la aprobación de dos tercios de los embajadores.

No se contempla la intervención extrajera directa ni la OEA puede cambiar el Gobierno del país sancionado, pero su pronunciamiento tiene alcance político de aislamiento internacional y pone en entredicho la gestión de una Administración al tiempo que representa un respaldo moral para los opositores. Al tomar esta decisión, Almagro coincide con el antichavismo en que el Gobierno «pide rebelarse contra la Constitución, desconoce a la Asamblea Nacional y convierte en normal la subordinación del CNE (Consejo Nacional Electoral) y del TSJ (Tribunal Supremo de Justicia) a las instrucciones de Maduro», como señala el columnista Simón García.

«Injerencia golpista»

A poco de conocerse la noticia, el oficialismo respondió con vehemencia convocando para hoy una manifestación «en defensa de la paz, la independencia y contra el intervencionismo extranjero» y «la injerencia golpista de la OEA». El sucesor de Hugo Chávez volvió a invocar: «¡Fuera la OEA de Venezuela y de América!». Maduro ha tenido varios encontronazos con Almagro, a quien considera «un agente de la CIA que conspira con EE UU para una intervención en el país». «¡Métase su Carta Democrática por donde le quema, señor Almagro, porque a Venezuela se le respeta!», dijo el presidente venezolano.

Hasta el día 10 la invocación de la Carta Democrática puede ser un elemento de presión para que de frutos la mediación de la otra gran institución americana, Unasur, para sentar en la misma mesa al Gobierno y a la oposición, que no pierde de vista su objetivo inmediato: la convocatoria del proceso de referendo revocatorio contra el mandatario este mismo año. Su secretario general, Ernesto Samper, ha anunciado nuevas reuniones para concretar el diálogo de las partes. Justamente pocas horas después de conocerse ayer la decisión de la OEA, se confirmó el primer encuentro entre la oposición y el CNE para mañana.

Pese a las muestras de los chavistas de apoyo a su presidente y de los llamados de éste a la unidad frente a la «guerra económica», la escasez de los principales productos básicos crea malestar en la población. Y según varias encuestas, más del 60% de los venezolanos desaprueba la gestión del mandatario.

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