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«Los inmigrantes no son un peligro, están en peligro»

El Papa, ante un auditorio de 500 niños, critica a «los estados que deportan a la gente que busca un poco de salvación, paz y trabajo»

R. C.

Domingo, 29 de mayo 2016, 01:08

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roma. El Papa lanzó ayer un mensaje poderoso para recalcar su firme compromiso con la atención a los inmigrantes que vuelven a llegar estos días por millares a las costas italianas. Los extranjeros «no son un peligro, están en peligro», subrayó Francisco durante el encuentro que mantuvo en el Vaticano con 500 niños italianos y de origen foráneo llegados de la región sureña de Calabria. El Pontífice insistió en varias ocasiones en este mensaje de fraternidad y de tolerancia con otras culturas y religiones, que pidió a los pequeños que repitieran con él.

'El tren de los niños' es el nombre de esta iniciativa, organizada por el Consejo Pontificio de la Cultura, que desde hace cuatro ediciones traslada a niños al Vaticano en tren para que puedan conocer y conversar con el Papa. En esta ocasión, el lema elegido es 'Traídos por las olas' y los participantes fueron menores que viven en Calabria, uno de los lugares de Italia con mayor número de inmigrantes. «Buena parte (de los participantes) son refugiados que han venido sobre las olas de mar con sus esperanzas y sus tragedias», explicó a la agencia Efe el presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, el cardenal Gianfranco Ravasi.

Durante el acto, Ravasi leyó una carta que los niños habían escrito a Francisco y en la que reflexionaban sobre «los adultos y niños que dejan su tierra a causa de la guerra y las persecuciones», y en la que expresaron que no pueden entender «tanta injusticia» en el mundo. El Papa compartió ese mensaje y se mostró crítico con los Estados que «no dejan venir y deportan a la gente que busca un poco de salvación, de paz y trabajo», unas palabras que cobran especial valor después de que en la última semana embarcaciones europeas hayan socorrido a más de 12.000 personas en el canal de Sicilia, que vuelve a registrar decenas de fallecidos. «Los que vienen tienen una religión diferente, pero no es peligroso porque somos todos hermanos, Dios nos quiere a todos juntos», apuntó Jorge Mario Bergoglio.

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