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Un grupo de cubanoamericanos charlan en una cafetería de Miami. :: ap
«Mi papá quería regresar a Cuba pero se murió, así que vengo en su nombre»

«Mi papá quería regresar a Cuba pero se murió, así que vengo en su nombre»

700 pasajeros, entre ellos media docena de cubanoamericanos, viajan en el primer crucero entre EEUU y La Habana en medio siglo

MILAGROS LÓPEZ DE GUEREÑO

Lunes, 2 de mayo 2016, 01:00

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A las 15.30 horas de ayer las sirenas del buque Adonia se despedían del puerto de Miami para emprender un rumbo prohibido durante más de medio siglo. La Habana, Camagüey y Santiago de Cuba serán los puertos en los que atracará el crucero de la línea Fathom de Carnival en una semana de navegación. Después de días de tensión por la decisión de la empresa estadounidense de no vender pasajes a cubanos -revertida en cuanto Cuba, en un gesto de apertura, levantó la prohibición de que sus ciudadanos llegaran o salieran de la isla por mar-, se colgó el no hay billetes para el histórico trayecto inaugural.

De todas formas, no hay muchos cubanos o cubanoamericanos entre los 702 pasajeros de este primer viaje. Para ir necesitan un visado de entrada, que según residentes en Miami se demora 90 días. Este trámite es mucho más sencillo para los estadounidenses que viajan al abrigo de alguna de las 12 categorías autorizadas por el Gobierno de Obama y que no permite hacer turismo de playa.

Las primeras horas del viaje no fueron muy tranquilas, pues Ramón Saúl Sánchez, líder del grupo de exiliados Movimiento Democracia, organizó una flotilla para seguir al crucero al considerar «injusto» que los cubanos deban tener una visa para entrar a su propio país.

Por su parte, Roger Frizzell, portavoz de la primera empresa de cruceros de EE UU en llegar a un acuerdo con Cuba para la expansión de los viajes, aseguró que es la experiencia de un crucero tradicional, donde se irá a «ver los paisajes, visitar a la gente y tomar un tour».

«Mi papá quería ir pero se murió, así que vengo en su nombre. Tengo sentimientos encontrados, pero estoy sobre todo feliz», dijo Isabel Buznego, nacida en Cuba hace 61 años. Ella y su esposo salieron de niños de la isla hace más de medio siglo y retornan por primera vez. «Para mí es un día muy especial porque regreso a Cuba en un crucero», dijo a AFP Carlos Orta, vicepresidente de Carnival, que regresa a Cuba por primera vez en 47 años. La mayoría de la media docena de cubano-estadounidenses que viajan en el Adonia son representantes de Carnival. Uno de ellos, Arnie Pérez, será el primero en desembarcar en La Habana.

El Adonia permanecerá en la capital dos días, tras su atraque hoy a las once de la mañana. Para sus pasajeros, que pagaron 1.800 euros por los camarotes más baratos, será como una propina desembolsar 219 euros más para visitar el famoso Cabaré Tropicana y llegar hasta la sede del «espectáculo bajo las estrellas» en uno de los centenares de coches clásicos de los años 40 y 50, tuneados para sacarles más provecho ahora que Cuba y está de moda.

Después el Fathom bordeará la isla para adentrarse en el mar Caribe y llegar a Cienfuegos y de allí continuarán hasta Santiago de Cuba desde donde regresarán a la capital de Florida. Los equipos de Carnival Corporation y Fathom trabajaron «estrechamente» con Cuba durante todo el proceso y admiten estar «muy entusiasmados» por comenzar los cruceros regulares a Cuba, desde Miami», señaló en un comunicado Tara Russell, presidenta de la nueva línea Fathom, de Carnival.

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