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Manifestación en Varsovia contra el proyecto de ley.
Los ultras dictan al Gobierno la agenda política de Polonia

Los ultras dictan al Gobierno la agenda política de Polonia

La extrema derecha católica y la jerarquía de la Iglesia se movilizan para conseguir la total prohibición del aborto

PACO SOTO

Miércoles, 6 de abril 2016, 00:39

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varsovia. La extrema derecha católica y la jerarquía de la Iglesia han lanzado una campaña para conseguir la total prohibición del aborto en Polonia. El país centroeuropeo tiene una de las legislaciones en materia de interrupción legal del embarazo más restrictivas de Europa, que fue aprobada en 1993. Las polacas sólo pueden abortar en tres supuestos: violación o incesto, malformación del feto o peligro para la vida de la mujer embarazada. Pero muchos médicos polacos, siguiendo la rígida moral del tradicionalismo católico en materia sexual y de reproducción, se niegan a practicar abortos incluso en casos extremos. Es por este motivo que muchas mujeres se sometan a la interrupción del embarazo clandestinamente en clínicas privadas o viajen a países cercanos como Alemania y Chequia.

El actual Gobierno de extrema derecha del partido Ley y Justicia (PiS) de Jaroslaw Kaczynski no tiene previsto en su agenda política cambiar la restrictiva ley del aborto, pero ideológicamente, sobre esta cuestión, coincide en lo fundamental con los católicos de extrema derecha, que controlan medios de comunicación y editoriales y ejercen una influencia importante en la sociedad, y el Episcopado, formado por una mayoría de obispos ultras y preconciliares. La propia primera ministra, Beata Szydlo, se pronunció favorable a las tesis de la Iglesia sobre el aborto.

Diversos colectivos extremistas han presentado un proyecto de ley, en el marco de una iniciativa ciudadana, en el Parlamento de Varsovia, para que el Gobierno prohíba totalmente el aborto, salvo en el caso de peligro para la vida de la mujer. En el seno de los colectivos católicos ultras no hay unanimidad sobre el supuesto de peligro para la vida de la embarazada y la corriente más extremista considera que incluso en este caso el aborto no puede ser legal. Según el proyecto de ley, la pena máxima en caso de no respetar la normativa pasaría de los dos años de prisión actualmente en vigor a cinco años de reclusión.

Protección jurídica

La Conferencia Episcopal, apoyada por medios ultras como el diario Nasz Dziennik y la emisora Radio Maryja, se ha pronunciado abiertamente a favor de la proposición de ley de iniciativa ciudadana. En un artículo que fue leído el pasado domingo en muchas iglesias polacas, los obispos manifiestan que «todas las personas de buena voluntad, creyentes como no creyentes, tienen que proteger plenamente en el plano jurídico a los niños que todavía no han nacido».

El poder ideológico y social de la Iglesia es considerable en Polonia, y los sectores católicos moderados y dialogantes, que cuentan con sólidos apoyos en la clase media urbana y una parte de la juventud, se enfrentan a la intransigencia y el fanatismo de la mayoría de los obispos y muchos sacerdotes y religiosos. Los sectores más conservadores del catolicismo tienen en el PiS, que controla la presidencia y el poder ejecutivo, a su principal aliado político.

Aunque más del 90% de los polacos se declaran católicos, según un sondeo publicado por el diario liberal Gazeta Wyborcza, la mayoría de la población (51%) se opone al cambio de la ley del aborto y sólo el 23% está a favor de una reforma.

El pasado domingo, miles de personas se manifestaron en contra del cambio de la actual legislación delante del Parlamento y en otras 18 ciudades del país. Grupos feministas y de de la izquierda radical como Razem (Juntos) -el equivalente polaco de Podemos- desempeñaron un papel importante en las movilizaciones, que contaron con la presencia de muchos católicos moderados.

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