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Renuncia a inmolarse al ver  a su familia entre los objetivos

Renuncia a inmolarse al ver a su familia entre los objetivos

Una menor nigeriana aborta su plan suicida contra una fila de refugiados pero sus dos cómplices causaron 58 muertos

GERARDO ELORRIAGA

Viernes, 12 de febrero 2016, 00:58

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abuya. No fue capaz de activar la bomba que portaba bajo su niqab porque reconoció a sus padres y hermanos en la cola de desplazados que aguardaban para recibir comida y que constituía su objetivo. La joven formaba parte de un trío de kamikazes que pretendía inmolarse en el interior del campamento de Dikwa, instalación gubernamental que acoge a víctimas de la insurrección yihadista en Nigeria.

Las suicidas, instigadas por Boko Haram, debían inmolarse después de infiltrarse en la fila formada por los residentes en el campo de desplazados para recibir alimento a primeras horas de la mañana el martes. La menor que abortó su propósito se entregó a las autoridades, pero sus compañeras detonaron los explosivos que portaban antes de que pudieran ser detenidas. Las cómplices causaron 58 muertos y 78 heridos entre aquellos que esperaban su turno para acceder a los víveres.

La chica arrepentida, de unos 14 años, sobrevivió a la deflagración y reveló que vendrán otras con el mismo destino fatal. La matanza tuvo lugar en el noreste del estado de Borno y supone la venganza de la banda islamista por una acción militar que, a lo largo de la semana anterior, había provocado la muerte de 100 guerrilleros en las cercanas aldeas de Boboshe, Garidawaji y Mamawari, y la liberación de un millar de mujeres y muchachas retenidas como esclavas sexuales. Al parecer, las rescatadas fueron trasladadas hasta este recinto en el que permanecen unas 53.000 personas llegadas desde Bama, Kala Balge o Marte, localidades cercanas al Lago Chad que han resultado devastadas por el conflicto en Nigeria.

El empleo de mujeres rigurosamente vestidas según la costumbre islámica se ha convertido en una herramienta habitual de la milicia para cometer atentados. El mismo martes, dos niñas provocaron otra masacre en la aldea de Nguetchéwé, en la vecina Camerún. En este caso, las pequeñas se hicieron pasar por familiares de un fallecido local e hicieron explotar sus cargas cuando los asistentes al funeral se hallaban reunidos después de la ceremonia fúnebre. Al menos seis personas perecieron en el atentado y otras veinte sufrieron heridas.

La propagación del miedo y el mantenimiento de la atmósfera de inseguridad constituyen el fin de estos actos de violencia indiscriminada que afectan, fundamentalmente, a la población civil. Poco después de su victoria en las presidenciales de Nigeria, el general Muhammadu Buhari instaló el comando central en la lucha contra la insurgencia en Maiduguri, el epicentro de la rebelión, desató la operación militar Lafiya Dole, destinada a acabar con los rebeldes, y llegó a anunciar la derrota técnica de Boko Haram a finales de 2015.

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