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Alemania y Turquía apelan a la OTAN

Alemania y Turquía apelan a la OTAN

Los dos gobiernos coinciden en situar los ataques rusos tras el éxodo de Alepo y quieren que la Alianza vigile las fronteras

MIKEL AYESTARAN

Martes, 9 de febrero 2016, 01:07

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Una semana después del inicio de la ofensiva del régimen sirio para recuperar Alepo y con decenas de miles de personas llamando a las puertas de Turquía para poder escapar de los combates, la canciller alemana, Angela Merkel, aterrizó en Ankara. Un viaje planeado para dar un impulso al acuerdo alcanzado entre la UE y el Gobierno turco para el control del flujo migratorio ilegal desde las costas turcas a Grecia, pero que debido a la situación en Alepo obligó a Merkel a criticar la intensidad de los bombardeos de Rusia, principal aliado militar del presidente sirio, Bashar el-Asad, y a pedir rapidez a la hora de ejecutar proyectos de ayuda para los 2,5 millones de sirios acogidos ya en territorio turco.

La prioridad de la UE es frenar la llegada de refugiados y para ello concederá una ayuda de 3.000 millones de euros al Gobierno de Ankara para que mejore las condiciones de vida de los refugiados a los que acoge después de cinco años de guerra en la vecina Siria. «Vamos a aprovechar el encuentro de los ministros de Defensa de la OTAN esta semana en Bruselas para hablar de las posibilidades y de en qué medida puede la OTAN ayudar a supervisar el mar, en apoyo al trabajo de Frontex y de los guardacostas turcos», declaró la jefa del Ejecutivo alemán en la rueda de prensa que ofreció junto al primer ministro, Ahmet Davutoglu. Merkel insistió en la necesidad de «tener un primer proyecto visible. De nada sirve decir que hemos acordado una ayuda de 3.000 millones si en un colegio turco no hay ya espacio para niños turcos y refugiados sirios, ellos quieren ver una escuela más en la ciudad y rápidamente».

La visita de la canciller llegó en un momento de máxima tensión en la frontera turca, convertida ahora en refugio para sirios con campos de acogida a ambos lados de la línea divisoria y algunas fuentes que no ocultan su temor ante la previsible llegada de hasta 600.000 desplazados. Los bombardeos de Rusia allanan el camino a un Ejército que se encuentra ya a apenas 25 kilómetros de la frontera, algo que no ocurría prácticamente desde hace cuatro años. A lo largo del fin de semana Bruselas pidió a Ankara que abriera su paso fronterizo, pero de momento sigue cerrado y los turcos han optado por el envío de ayuda al otro lado de la frontera, donde levantan campos para 45.000 desplazados, según la ONG turca IHH.

«Ustedes reclaman a Turquía que contenga el flujo de refugiados hacia sus países, y ahora nos piden que abramos de par en par nuestras fronteras a los refugiados. ¿Nos toman por idiotas?», preguntó indignado el viceprimer ministro turco, Yalçin Akdogan, ante el doble discurso de Bruselas, que exige a Ankara que controle la salida de sirios hacia destinos europeos y al mismo tiempo le urge a abrir los controles fronterizos para permitir la entrada de los miles de civiles que huyen de Alepo en este nuevo éxodo.

En medio de este ambiente de contradicciones Merkel se alineó del lado de Turquía y denunció que «no sólo estamos impresionados, sino indignados por el dolor que sufren decenas de miles de personas por los bombardeos, también por parte rusa». La canciller alemana recordó la resolución aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU el 18 de diciembre que llama a todos los bandos a detener «de forma inmediata los ataques contra la población civil y contra objetivos civiles», una resolución respaldada por Moscú, que en la última semana ha intensificado sus operaciones aéreas para dar cobertura al avance del régimen de Damasco sobre Alepo.

Las últimas localidades en caer en manos de El-Asad fueron Mayer y Kafin. Tal Rifaat parece el próximo objetivo. Esta coyuntura dejaría a Azaz como último bastión opositor antes de la frontera. El Ejército sirio avanza con el apoyo terrestre de la milicia chií libanesa de Hezbolá y la Guardia Revolucionaria de Irán, además de la cobertura aérea de Rusia.

Las tropas sirias encuentran a unos opositores divididos. Damasco aspira a recuperar el control de la frontera con Turquía, que se ha convertido en la principal vía de entrada de yihadistas y armas para reforzar a la oposición y al grupo Estado Islámico.

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