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Rebeldes islamistas provocan una matanza en el noreste de Congo

GERARDO ELORRIAGA

Martes, 1 de diciembre 2015, 00:58

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Al menos 38 personas perdieron la vida el domingo en el ataque de guerrilleros del grupo Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF) contra la ciudad congoleña de Eringeti, de unos 20.000 habitantes y situada cerca de la frontera con Uganda. Varias decenas de seguidores de esta milicia, dirigida por islamistas radicales, asaltaron la comisaría de la zona, un cuartel del Ejército y el puesto local de la Monusco, las fuerzas de Naciones Unidas en el país.

Los combatientes disparaban indiscriminadamente, según los testigos, quemaron numerosas casas y allanaron también un hospital, en el que mataron a siete civiles a machetazos. Las insuficiencias de los servicios de Inteligencia, la escasez de recursos y la falta de coordinación entre las tropas locales y los cuerpos de la ONU instalados en la zona parecen explicar las dimensiones de la masacre, en la que también perecieron 12 insurrectos.

El ataque es el más osado de esta formación, a la que se atribuyen numerosas incursiones nocturnas en aldeas cercanas. Aunque este grupo radical se originó en Uganda, desde finales de los años 90 realiza operaciones en la vecina Congo, donde se beneficia del control del tráfico de madera y oro en la región de Beni. Las organizaciones locales de derechos humanos aseguran que, en los últimos doce meses, unos 500 vecinos fueron asesinados con armas blancas. Algunos observadores creen que, además, otros grupos armados y bandas criminales están implicados en el acoso contra la población civil.

No existen grandes certezas en torno a la estrategia y composición del ADF, formado por musulmanes radicales procedentes del centro de Uganda. Jamil Mukulu, su instigador, fue apresado el pasado mes de abril en Tanzania, donde poseía un negocio de importación de vehículos. Se ha especulado sobre su conexión con el Gobierno de Sudán, los rebeldes del Ejército de Resistencia del Señor e, incluso, la milicia somalí de Al-Shabaab.

Explotación de recursos

Durante los años 90, esta organización cometió diversos atentados, incluso en la propia capital, y llevó a cabo asaltos contra centros académicos para secuestrar a estudiantes. Como en el caso de los acólitos del propio Ejército de Resistencia del Señor de Joseph Kony, la presión militar los ha empujado hacia los territorios colindantes y, posiblemente, sus dirigentes han forjado un sistema de alianzas con formaciones nativas para la explotación ilegal de los abundantes recursos naturales.

Las fuerzas regulares recuperaron ayer el control de la localidad atacada, pero Radio Okapi, una emisora vinculada a los cascos azules, habla de varios miles de desplazados por los combates. Los medios de comunicación locales ya habían informado de la creciente actividad de los extremistas.

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