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Los socialistas asumen el reto del nuevo Gobierno de Portugal

El presidente impone seis condiciones de índole económica a su líder, António Costa, que podrían abrir las primeras fisuras en el Ejecutivo

R. C.

Miércoles, 25 de noviembre 2015, 00:50

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Portugal tendrá finalmente un Gobierno de izquierda. El presidente luso, Aníbal Cavaco Silva, designó ayer como primer ministro del país al líder de los socialistas, António Costa, que ahora deberá formar un nuevo Ejecutivo, en el que participarán tanto miembros de su partido como independientes que ya aparecían en las listas electorales. Lo logrará gracias al apoyo que le prestarán el Bloco de Esquerda, los Verdes y el Partido Comunista.

El pasado 10 de noviembre las izquierdas desmoronaron el Gobierno del conservador Passos Coelho, cuya coalición ganó las elecciones del 4 de octubre sin mayoría absoluta, y muchos han querido ver en esta situación un reflejo de lo que podría deparar a la agenda política española después de los comicios del 20-D.

Sin embargo, la estabilidad todavía no está apuntalada en Portugal. El presidente de la república impuso a Costa seis condiciones para oficializar su designación como primer ministro. Seis requisitos que el socialista aceptó en una carta privada. La cuestión es que ninguno de esos compromisos ha sido corroborado por sus futuros socios de bancada y algunos puntos auguran una ardua negociación, especialmente en temas económicos o laborales.

Aníbal Cavaco exigió al socialista que se cumplan los tratados internacionales, tanto los de índole económica como los que refieren a la defensa colectiva en el marco de la OTAN. Además, Costa deberá mantener intacto el funcionamiento de la Comisión Permanente de Concertación Social, un organismo que interpela a patronales y sindicatos a la hora de fijar los convenios laborales y el salario mínimo. Aquí empiezan los problemas: los comunistas demandan que se otorgue más poder a las centrales sindicales en detrimento de esta comisión.

El resto de aclaraciones del acuerdo tienen relación con la aprobación de mociones de censura, las directrices aplicadas a todos los países de la zona euro y la aprobación de los presupuestos del Estado. Esta última será la labor prioritaria del nuevo Gobierno socialista tras la toma de posesión del viernes y la votación parlamentaria de la próxima semana. Y corre prisa, pues las cuentas deberían estar en manos de las autoridades de Bruselas desde el 15 de octubre.

La fuerza y el peso de los socios del Partido Socialista en el hemiciclo quedarán plasmados en esos presupuestos. El secretario general de la agrupación comunista, Jerónimo de Sosa, ya ha anunciado que su soporte al Ejecutivo no puede interpretarse como una carta blanca.

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