«Obama es el chico que sirve los cafés»

- Terrible atentado en Turquía. ¿Cosa de la CIA?

- De algún modo sí. Los grupos terroristas islámicos son el resultado de objetivos políticos a largo plazo diseñados desde Washington y financiados a través de organizaciones benéficas saudís. Al armar a los terroristas han creado las condiciones de desestabilización que estamos viviendo ahora.

- ¿Con qué objetivo?

- Controlar Oriente Medio a través del caos y la devastación social. Quien más contribuyó a agrupar a los yihadistas dispersos fue el Servicio de su Majestad británico.

- ¿La Reina de Inglaterra es el Dr. No?

- No. Pensar en un malo malísimo es como muy de película. Detrás de todo esto hay una élite supranacional con unos intereses muy claros.

- ¿Y los islamistas se prestan a hacerle el caldo gordo?

- No tengo duda de que los grandes capos del terrorismo islámico están de acuerdo con eso. Los que luchan en el frente, como en todos los ejércitos, son simple carne de cañón.

- Y no imaginan que detrás está Barack Obama...

- Obama es el chico que sirve los cafés. Mañana lo quitan y ponen a otro. La élite supranacional no va a parar hasta dominar el mundo. Piensan que incluso a costa de cinco o seis mil millones de muertos pueden ganar esta guerra contra Rusia o contra China.

- ¿Y no juegan Rusia y China a lo mismo?

- Claro. Vengo del contraespionaje, no soy ingenuo. Las historias de buenos y malos son cuentos para los niños. El mundo se rige por los intereses geopolíticos.

- 11-S, 'Charlie Hebdo'... ¿En qué beneficia a un país un atentado dentro de sus fronteras?

- Ganan en el recorte total de todos los derechos constitucionales en nombre de la seguridad. Mire, se producen 50.000 informes al año sobre terrorismo y aún así no son capaces de detectar supuestamente que el banco UBS en Suiza tiene 19.000 cuentas secretas donde hay 54.000 millones de dólares que la CIA, el MI6 y el Mossad usan para financiar el terrorismo internacional. Esto no lo digo yo. Lo dijo un empleado de dicho banco llamado Brad Birkenfeld.

- Y acabó en la cárcel.

- Ya ha salido. Le taparon la boca con varios millones de dólares. Pero antes lo encerraron, claro.

- ¿Y cómo es que usted sigue libre y vivo?

- Yo para empezar no voy a Estados Unidos desde 2009. Para ellos soy casi un terrorista internacional. Además, matar a un exagente del KGB no sale gratis. Sé mucho más de lo que cuento. Pasé tres años y medio en África desmontando las mafias que trafican con diamantes de sangre y hay cosas que nunca revelaré.

- Supongo que tenía licencia para matar.

- Entré con otro tipo de misión, aunque obviamente en situaciones de riesgo uno hace lo que tiene que hacer. No soy un asesino a sueldo, pero si he tenido que disparar he disparado.

- ¿Si le concedieran el Nobel de la Paz iría a recogerlo?

- Ah, por supuesto. Me pondría el mejor traje, me lavaría los dientes. Estaría chocho con el premio.

- Pero si se lo han dado a gente como Obama...

- Ya, pero no soy nadie para decir no a un premio como ése.

- ¿Le gusta Putin?

- Putin es ese padre autoritario que Rusia necesita. Los rusos queremos que nos controlen con mano de hierro.

- ¿Lleva usted una vida normal?

- No soy Salman Rushdie. Llevo una vida normal en Barcelona. Tengo mujer y tres hijos. La gente está tan anestesiada que por mucho que le cuentes estas cosas no se las cree. O te dicen: 'Eso ya lo he visto en una película'. Todo les parece entretenimiento.