Borrar
Clinton ofrece una charla en la Universidad de Florida (Miami).
Hillary Clinton defiende en Miami el final del embargo a Cuba

Hillary Clinton defiende en Miami el final del embargo a Cuba

La candidata democrata critica a los Castro y promete sanciones para los que hayan violado los derechos humanos

MERCEDES GALLEGO

Sábado, 1 de agosto 2015, 00:37

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La maniobra política había desatado expectación, y no era para menos. Si Barack Obama no puede levantar el embargo con Cuba es porque Bill Clinton firmó en 1996 la ley Helms Burton que lo endureció y lo puso en manos del Congreso. ¿Cómo podía ahora Hillary Clinton presentarse en el feudo de Jeb Bush y Marco Rubio para defender que se elimine «de una vez y para siempre»? Su discurso podría pasar al manual del político astuto, que empieza por conectar con los que discrepan.

Hillary Clinton dijo que se le saltaron las lágrimas cuando el hombre que la presentó en la Universidad de Florida, donde Rubio fue profesor adjunto, habló de su madre y su éxodo cubano. Reconoció que el tema que tantas sensibilidades conlleva «no es un debate intelectual, sino profundamente personal» para muchos de los que la oían y aseguró que para ella misma no ha resultado fácil llegar a las conclusiones actuales, pero resultó firme al definirlo como una elección entre «un acercamiento fresco o el punto muerto de la Guerra Fría».

Alabó desde el escenario a Mirian Leiva, fundadora de las Damas de Blanco, que estaba sentada entre el público junto con otros personajes de la disidencia cubana, como la hija de Oswaldo Payá, Rosa María, y el también activista y escritor Orlando Luis Pardo Lazo. Recordó la ternura de la operación 'Peter Pan' que evacuó niños de Cuba y la dureza del derribo de las avionetas que acabó con las conversaciones secretas que llevaba a cabo el gobierno de su marido con el régimen. Salpicó su discurso de duras palabras hacia los hermanos Castro y prometió sanciones específicas para ellos y para los que hayan violado los derechos humanos. Pero al final, insistió, «les hemos ayudado inintencionadamente a mantener Cuba como una sociedad cerrada y controlada, en lugar de abierta a influencias positivas del exterior, como hicimos tan eficazmente con la Unión Soviética y otros lugares», explicó. «Los Castro pudieron así culpar al embargo estadounidense de todo lo malo que pasa en la isla, distrayendo la atención de los fallos del régimen y posponiendo su día del juicio final».

«Política fallida»

Tocó también el orgullo del exilio al desear que «cada cubano pudiera pasearse un día por Miami y ver lo que habéis construido aquí», asegurando que volverían a su isla y demandarían tener allí las mismas oportunidades. «No podemos esperar más a que una política fallida dé frutos. Tenemos que aprovechar este momento».

La exsecretaria de Estado se atribuyó haberle aconsejado al presidente Obama los cambios que se han producido en la legislación estadounidense desde 2009 para facilitar el intercambio y prometió que «si el Congreso no actúa, utilizaré mis poderes ejecutivos para facilitar que más estadounidenses visiten la isla, apoyen los negocios privados y se involucren con los cubanos».

El ambiente es propicio. Según una encuesta del Pew Research Center, el 72% de los estadounidenses apoya el levantamiento del embargo, incluyendo el 59% de los republicanos, más interesados sin duda por las oportunidades de negocio que se están perdiendo. A ellos apeló también Hillary Clinton cuando habló de Latinoamérica, donde «si no las provechamos nosotros, otros lo harán», y apuntó específicamente a China.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios