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Soldados iraquíes participan en una operación para arrebatar a los yihadistas la refinería de Baiji, al norte de Tikrit. :: A. Al-Rubaye / AFP
Irán se ve solo ante el  yihadismo

Irán se ve solo ante el yihadismo

Qassem Suleimani, el militar más carismático de Teherán, defiende al Ejército iraquí de las críticas de EE UU tras la debacle de Ramadi

MIKEL AYESTARAN

Martes, 26 de mayo 2015, 00:23

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El grupo yihadista Estado Islámico (EI) envía refuerzos a Ramadi para defender su conquista más importante de este 2015. Cada vez que los yihadistas obtienen una gran victoria en Siria o Irak, el nombre del general de la Guardia Revolucionaria iraní Qassem Suleimani no tarda en aparecer. La toma de Ramadi y de Palmira -que ayer fue bombardeada por la aviación siria- devuelve el protagonismo al responsable de la lucha contra el EI de la república islámica. «Hoy en día, no hay nadie más que Irán presente en la lucha contra el fenómeno más peligroso», confesó a la agencia Tasmin.

Mientras que Occidente y los países árabes forman un coalición para bombardear al EI desde el aire y el mar, pero con la línea roja de «no poner tropas sobre el terreno», como repite en cada intervención el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, Teherán envía a su hombre más carismático a la primera línea del frente y éste se hace fotografías y videos con sus compañeros de lucha para difundirlos a través de las redes sociales y grandes medios iraníes.

Un hombre cuya trayectoria al frente de las Brigadas Quds, brazo para operaciones en el extranjero de la Guardia Revolucionaria, resume la historia de las luchas internas en Oriente Medio y el reto de Irán de consolidar un «eje de resistencia» en los últimos 16 años. La limpieza sectaria es una de la prioridades del EI, que ve a los chiíes como apóstatas, una situación que ha empujado a Irán (gran potencia chií de la región) a sacar a la luz a un militar calificado durante años como 'el comandante en la sombra' y a movilizar a la milicia libanesa de Hezbolá, clave en la defensa del presidente sirio, Bachar el-Asad.

Teherán y Washington son aliados del Gobierno de Bagdad, pero no ocurre lo mismo en el caso de Damasco, donde sólo los iraníes respaldan de manera firme al presidente. Después de la debacle de Ramadi, el secretario de Defensa estadounidense, Ashton Carter, acusó al Ejército iraquí de «abandonar» la ciudad. Y en respuesta, Suleimani salió en defensa de los iraquíes acusando a Washington de «no hacer nada» para evitarlo. Desde la oficina del primer ministro iraquí, Haidar al-Abadi calificaron las palabras de Carter de «fuera de lugar y sorpresivas cuando nuestras fuerzas están preparando la ofensiva para retomar la ciudad».

Protección de las fronteras

La punta de lanza de esas fuerzas a las que se refiere Bagdad son las milicias chiíes, un ejército paramilitar ideado y formado por los iraníes desde 2003, que en Tikrit, hace seis semanas, ya demostró su capacidad de combate y que es el responsable de blindar Bagdad. Frente a los esfuerzos de Estados Unidos y sus socios de reconstruir el Ejército, una tarea que llevará años, Irak aplica los métodos de Suleimani y recurre a unas milicias cuyo despliegue es inmediato. Los mismos hombres que durante una década lucharon en la clandestinidad contra Estados Unidos después de la invasión decidida por George W. Bush ahora forman la más efectiva fuerza terrestre frente al EI. Por encima de motivos sectarios, como subrayan sus detractores, la república islámica justifica su participación porque «debemos proteger nuestras fronteras contra el gran diablo y debemos ayudar a aquellos países que sufren al Estado Islámico», según declaró Suleimani durante un discurso a la Guardia Revolucionaria en la ciudad iraní de Kerman.

La parte iraquí del califato sitúa a los yihadistas prácticamente en la frontera con Irán y por ello el ministro de Interior, Rahmani Fazli, no descartó una implicación aún mayor de Teherán al adelantar que «ahora mismo se encuentran a 50 kilómetros de nuestros territorio, si se acercan 10 kilómetros más tendremos que intervenir». Además de la Guardia Revolucionaria, las fuerzas regulares también están en alerta y el comandante del Ejército de Tierra iraní, general Ahmad Reza Pourdastan, pidió al Parlamento un aumento del presupuesto destinado a Defensa porque «el EI ya tiene presencia en Irak, Afganistán y Pakistán», los tres países fronterizos con Irán.

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