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Tsipras recula tras el fiasco de Riga y aparta a Varoufakis del frente negociador con la troika

El Gobierno heleno niega un castigo, pero asume que el titular de Finanzas está «quemado» para poder llegar a un acuerdo con sus socios del euro

ADOLFO LORENTE

Martes, 28 de abril 2015, 00:48

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Ocurrió el domingo a mediodía. Cómo no, a través de Twitter. Yanis Varoufakis, el locuaz ministro de Finanzas griego, cogió su 'smartphone' y comenzó a disparar.

Retrocedió a 1936, parafraseó al presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt: «Son unánimes en su odio hacia mí; y yo celebro su odio»; y acto seguido escribió: «Una cita cercana a mi corazón y a mi realidad estos días». Horas después, su jefe, el primer ministro Alexis Tsipras, comenzó a cortarle las alas nombrando a Euclid Tsakalotos, número dos de Asuntos Exteriores, como coordinador de las negociaciones con los acreedores internacionales. Tsipras, maniatado por la enorme presión internacional que está sufriendo, asegura mantener su apoyo a un Varoufakis, que sigue al frente del ministerio. Sin embargo, en la práctica, este movimiento supone apartarle de la primera línea de la negociación con la troika, el ahora llamado Grupo de Bruselas (Comisión, el BCE y el FMI).

Varoufakis está políticamente quemado para sus socios del euro desde hace semanas. De una forma u otra, el tira y afloja se sobrellevaba a duras penas pero el viernes, el accidentado Eurogrupo informal celebrado en Riga reveló que la situación no daba más de sí, que Varoufakis no estaba quemado, sino achicharrado. Sus colegas de la moneda única le acusaron de «dogmático» y señalaron a su Gobierno por generar «frustración» en toda la escena internacional. «Recibió de lo lindo. Todos, los otros 18 ministros del bloque, coincidieron en sus reproches», confesaban fuentes diplomáticas conocedoras de la reunión.

Hace sólo unos semanas, la cita de Riga estaba llamada a cerrar un primer acuerdo para poder desbloquear los 7.200 millones todavía pendientes del segundo rescate. Dinero a cambio de reformas, ése es el trato alcanzado el 20 de febrero y que expira el 30 de junio. Pero la lista de reformas helenas ni termina de llegar ni lo que se sugiere convence lo más mínimo a la troika.

La cuerda se tensó tanto que el mismo viernes, el presidente del Eurogrupo telefoneó a Tsipras para advertirle de la gravedad de la situación. Un primer ministro griego que el jueves, en Bruselas, volvió a pedir ayuda a Merkel y Hollande.

En este ambiente de frustración, tensión y, sobre todo, preocupación, Tsipras reunió a su guardia pretoriana el domingo por la noche para «crear un equipo de negociación política», que estará «supervisado» por Varoufakis, cierto, pero coordinado sobre el terreno por Tsakalotos, un economista de talante moderado que ocupa la cargo de viceministro de Relaciones Económicas Internacionales. Un matiz. El puesto depende de Exteriores, no del Ministerio de Finanzas, lo que supone un evidente mensaje a Yanis Varoufakis, que también ve cómo su número dos, Nikos Theocharakis, también es relegado en favor de George Chouliarakis.

Desde el Gobierno heleno, sin embargo, negaron el 'castigo' y acusaron a la prensa internacional de impulsar una campaña contra su ministro. Veremos. El movimiento, de momento, fue bien acogido por los mercados y la troika: «A veces un poco de presión y drama funciona», se felicitaron fuentes comunitarias. El 11 de mayo, se celebrará el próximo Eurogrupo.

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