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El mandatario ruso, Vladímir Putin, atiende a la prensa en su residencia de Novo-Ogariovo, Moscú.
Putin aprieta el puño contra la oposición

Putin aprieta el puño contra la oposición

El presidente ruso ordena maniatar todavía más a sus adversarios al asegurar que son usados por Occidente para desestabilizar al país

RAFAEL M. MAÑUECO

Domingo, 29 de marzo 2015, 01:09

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El presidente ruso, Vladímir Putin, lleva enfrentado a Occidente desde que llegó al Kremlin. Distintas, según él, han sido las motivaciones. Las más esgrimidas han sido la ampliación de la OTAN hacia el este y el despliegue del escudo antimisiles. Ahora, tras la anexión de Crimea y el conflicto en la vecina Ucrania, se ha unido la afrenta de las sanciones.

Putin está convencido de que Estados Unidos y la Unión Europea «emplean todos los medios a su alcance para contener a Rusia». A su juicio, «la política independiente de Moscú e incluso los intentos de prestar asistencia a los necesitados, en Ucrania y en otras regiones, provoca irritación» en Occidente.

El máximo dirigente ruso pronunció estas palabras el jueves en la capital rusa ante la cúpula del FSB (el antiguo KGB) y subrayó el hecho de que el mundo civilizado utiliza contra su país «desde los intentos de aislamiento político y la presión económica hasta la guerra informativa y los recursos de los servicios de inteligencia».

Y al llegar aquí se traslució claramente el objetivo real de la alocución de Putin porque aseguró que esos servicios secretos extranjeros «no cesan en sus intentos de utilizar para sus fines a las organizaciones no gubernamentales y a las agrupaciones de carácter político» en el país. Según su opinión, esas fuerzas hostiles trabajan en esa dirección con la intención de «desacreditar a las autoridades y de desestabilizar la situación en Rusia».

Putin, que emplea profusamente desde hace tiempo el conocido método de la amenaza externa para machacar a los disidentes, supuestos traidores al servicio de Washington y la OTAN, parece adelantarse a las probables denuncias de fraude que la oposición pudiera interponer en futuras convocatorias electorales. Advirtió antes sus antiguos colegas del FSB que los enemigos del país «ya preparan acciones para el periodo de las campañas de 2015 y 2018», cuando deberán celebrarse respectivamente comicios legislativos y presidenciales.

«Estamos dispuestos a dialogar con la oposición. Siempre hemos escuchado a quienes critican con fundamento la acción o la inacción de las autoridades», sostuvo. Pero, al mismo tiempo, Putin se contradecía al afirmar que «carece de sentido entrar en discusión con aquellos que actúan por encargo externo, no en interés de su propio país, sino de otro u otros».

Criterios por definir

La cuestión, según el analista político ruso Matvéi Ganapolski, va a ser definir los criterios que utilice el poder para determinar si un partido en concreto u organización no gubernamental recibe dinero u otro tipo de ayuda desde el exterior. El presidente ruso llamó a los presentes a vigilar las fuentes de financiación de fuerzas políticas y ONG para evitar que actúen al servicio de quienes desean la destrucción de Rusia.

Desde que regresó a la Presidencia, en 2012, y tras el movimiento de protesta de aquel año y diciembre de 2011, Putin ha endurecido la legislación que regula el funcionamiento de las ONG y ha limitado considerablemente el derecho de manifestación. Algunos opositores, como el excampeón de ajedrez, Gari Kaspárov, creen que el jefe del Kremlin ha arrebatado Crimea a Ucrania y le ha montado una guerra en el este para evitar que levante cabeza. Kaspárov no tiene dudas sobre el hecho de que «a Putin le obsesionaba la idea de pensar que la revuelta del Maidán en Ucrania, un país tan próximo al nuestro en todos los sentidos, pudiera servir de ejemplo a los rusos». En esta línea, el primer mandatario ordenó el martes a la Fiscalía General que reaccione «con inmediatez y dureza a cualquier llamamiento a la violencia, a los desórdenes públicos».

El Kremlin ha propiciado además la creación del movimiento «antimaidán», de cuyas filas partieron las proclamas en contra de Borís Nemtsov poco antes de que fuera asesinado el pasado 27 de febrero junto a la Plaza Roja.

Militantes de esta plataforma destrozaron hace unos días los retratos de Nemtsov colocados en el lugar del homicidio por sus seguidores. Después, la pasada noche, desmontaron definitivamente el memorial llevándose las flores y las velas allí colocadas.

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