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Netanyahu visita Washington en medio de la polémica

MARIO SÁNCHEZ

Domingo, 1 de marzo 2015, 00:46

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Hace un mes, por sorpresa, saltó la noticia de que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, iba a intervenir en una sesión conjunta del Congreso de Estados Unidos que estudia imponer nuevas sanciones a Irán. El portavoz de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, le había invitado personalmente -saltándose los protocolos diplomáticos oficiales- para hablar sobre el país, sus capacidades nucleares y la amenaza que supone para los hebreos, justo cuando los países del P5+1 negocian con Teherán un acuerdo para evitar que siga adelante con su plan nuclear.

El malestar de la Casa Blanca no se hizo esperar. Primero, por las formas, contrarias a la diplomacia de alto nivel; y segundo, por el objetivo de la intervención de Netanyahu. El presidente Barack Obama se ha mostrado contrario en varias ocasiones a imponer nueva sanciones a Irán mientras están sentados en la mesa de negociaciones. Una posición compartida por otros aliados como Reino Unido.

La controvertida intervención tendrá lugar este martes. Pero antes, el primer ministro hebreo hablará en la conferencia anual del principal lobby israelí en EEUU, AIPAC (el Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos-Israel), que arranca este domingo en Washington DC con «16.000 activistas participando en este evento», según la organización. La intervención de Netanyahu en este foro servirá de anticipo a lo que se podrá oír en el Congreso.

Legisladores americanos

Durante tres días desfilarán por este encuentro un nutrido grupo de legisladores estadounidenses -principalmente republicanos-, embajadores y jefes de delegaciones israelíes y miembros destacados de la sociedad. Entre ellos, uno de los promotores de la iniciativa para imponer más sanciones a Teherán, el senador demócrata Robert Menéndez, o el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell.

A medida que se acercaba la llegada de Netanyahu a tierras estadounidenses, el ambiente se ha ido enrareciendo más. EEUU e Israel son aliados y sus relaciones se basan en un consenso bipartidista. Esta vez, el entendimiento entre republicanos y demócratas parece haberse hecho añicos.

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