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Un obrero decora un árbol navideño gigante en el centro de la capital alemana.
Los residentes extranjeros generan en Alemania un superávit de 22.000 millones

Los residentes extranjeros generan en Alemania un superávit de 22.000 millones

Un estudio revela que los inmigrantes aportan al país germano más dinero que el recibido en ayudas y la cifra se dispararía si mejora su cualificación

JUAN CARLOS BARRENA

Viernes, 28 de noviembre 2014, 01:07

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La inmigración en Alemania no es una carga para el Estado, sino todo lo contrario, una auténtica bendición para sus arcas. Un estudio independiente demuestra por primera vez con cifras concretas que el fisco germano y las distintas cajas sociales se benefician multimillonariamente de las aportaciones que realizan los 6,6 millones de personas extranjeras que viven en este país. El análisis echa por tierra los negros escenarios dibujados por políticos conservadores por la presunta amenaza del llamado turismo social y la acogida de refugiados que huyen de países en conflicto.

Los ciudadanos extranjeros que viven en el país germano pagan más impuestos y realizan más aportaciones a las cajas sociales que lo que perciben del Estado. Un superávit que en el 2012 sumó la abrumadora cantidad de 22.000 millones de euros, según un análisis del Centro de Estudios Económicos Europeos (ZEW) encargado y hecho público ayer por la Fundación Bertelsmann. «Alemania se beneficia financieramente de manera apreciable de su población inmigrante residente» es una de las conclusiones del estudio titulado 'La aportación de los extranjeros y la futura inmigración a los presupuestos alemanes' elaborado por el profesor Holger Bonin, catedrático de Mercado Laboral en la facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Kiel.

Bonin ha calculado que cada extranjero que vive en Alemania paga anualmente de media 3.300 euros más en impuestos y aportaciones sociales que lo que percibe en servicios del Estado. Otros estudios anteriores confirmaban las consecuencias positivas para el país por el trabajo de los inmigrantes, pero ninguno ofrecía hasta ahora cifras tan concretas. El análisis del ZEW revela también que en los últimos diez años el superávit para el Estado por las contribuciones de los conciudadanos foráneos aumentó un 50% per cápita y que esa tendencia alcista se mantiene.

Los cálculos son además prudentes, ya que se refieren únicamente a los ciudadanos sin pasaporte alemán. Si se tuviese en cuenta a aquellos inmigrantes que ya han adoptado la nacionalidad alemana «los beneficios fiscales serían probablemente más superiores aún, ya que este círculo de personas tiene de media económicamente más éxito que el grupo de los extranjeros», afirma el estudio. Bonin explica igualmente que, aunque los pagos netos de impuestos por parte de los extranjeros fueron de media 700 euros menores en el 2012 que los de los alemanes, el 67% de los inmigrantes tuvieron aportaciones positivas frente a sólo el 60% de los germanos, debido a que los primeros son más jóvenes que los segundos y también el número de jubilados es inferior.

Dar más formación

Según Bonin, Alemania podría beneficiarse más de sus conciudadanos extranjeros si aumenta su nivel educativo y de cualificación, así como el de los nuevos inmigrantes. En el caso de que los extranjeros menores de 30 años que ya viven en el país alcancen de media el mismo nivel de formación que los germanos, su aportación durante toda su vida conllevará un superávit de 118.400 euros para el fisco y las cajas sociales. A la vista de los resultados del estudio, la Fundación Bertelsmann exige que la política migratoria del Estado tenga cada vez más en cuenta la formación de los interesados. No sólo a la hora de fomentar una inmigración interesante para el mercado laboral local, sino al aprovechar la preparación profesional con la que llegan numerosos refugiados políticos, a los que hasta ahora se restringía de manera radical el acceso a un trabajo remunerado.

«Cuanto mejor cualificado se encuentra un inmigrante mayor será su aportación a la financiación de las cajas públicas», afirma el catedrático universitario y director del departamento de Estudios Laborales del ZEW. Según sus cálculos, todos los ciudadanos en Alemania verían reducida su carga fiscal anual en 400 euros si en el futuro cada año entraran en el país no menos de 200.000 inmigrantes, de los que un 30% debería tener una alta y un 50% una cualificación media.

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