Borrar
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, saluda a un soldado durante la visita a un cuartel del Ejército en Caracas.
Maduro mima a la cúpula militar

Maduro mima a la cúpula militar

A pesar de las críticas de «la ultraderecha y la oligarquía», el presidente de Venezuela sube el salario al influyente sector castrense

MILAGROS LÓPEZ DE GUEREÑO

Domingo, 2 de noviembre 2014, 00:49

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

A Nicolás Maduro no le gustó nada la lluvia de críticas que recibió tras su anuncio de una nueva subida del 45% para los militares, aplicable desde ayer 1 de noviembre. Se quejó de los «ataques de la ultraderecha». Sin embargo, el hecho de que las mejoras salariales al sector castrense se acercan al 500% desde 1999 molesta no sólo a los opositores. También los chavistas sufren una inflación superior al 50% -del 63,4%, si se considera la tasa anual de agosto- que deja a las familias sin apenas recursos.

«Anuncié el aumento salarial y entonces comenzaron a atacar y atacar a las Fuerzas Armadas. Voy a defender al Ejército por encima de cualquier cosa, frente a los ataques de la oligarquía y la derecha. Pido al pueblo que defienda a sus Fuerzas Armadas», dijo el gobernante en un cuartel de Miranda.

Uno de los más críticos fue el gobernador opositor de ese mismo Estado, Henrique Capriles Radonski. «Un director de hospital gana casi 4 veces menos que un general mayor, que recibe con el nuevo incremento salarial 30.000 bolívares mensuales (unos 3.800 euros), más las primas. Un director de hospital, con 6 horas de dedicación, con un mínimo de 10 años de experiencia y postgrado obtiene 7.845 bolívares (1.000 euros)», dijo contundente. Recordó que el «70% de los profesionales de la salud que se gradúan todos los años tienen pensado mudarse a otro país» para mejorar su empleo y sueldo.

Otros cuestionan cómo se estira el presupuesto del Estado, 775 millones de bolívares más (98 millones de euros) para construir cuatro depósitos de bases logísticas, terminar la sede del batallón de la Policía militar, o levantar la sede de los 824 batallones de transporte Fernando Figueredo, así como inversiones en universidades públicas y especializadas como la Universidad de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y la academia de esa universidad para formar a los oficiales de tropa. «Todo es por la prosperidad de la nación, de la familia venezolana», según el mandatario.

Salida profesional

El Ministerio de Defensa invita a los jóvenes a alistarse con el atractivo de contar con buen salario, seguro de vida, asistencia dental, facilidades para acceder a estudios técnicos y universitarios, acceso a escuelas de oficiales, alojamiento, vestuario y dietas. No es un secreto que de los 29 millones de venezolanos, los miembros de las Fuerzas Armadas tienen mayores beneficios que sus compatriotas.

No es una rareza venezolana. Otros muchos países cuidan muy bien a quienes empuñan las armas y a sus familias. Pero no tanto como en la Venezuela chavista: desde la llegada de Maduro al poder en abril del 2013, tienen canal de televisión, acceso a la vivienda -hasta mayo se entregaron 2.821 apartamentos a soldados y oficiales- y un banco que, con excepción de Irán y Vietnam, es el único de propiedad militar en el mundo que cuenta con 21 sucursales solo para uniformados, a los que ofrece préstamos al 16 % cuando al resto de los ciudadanos se les cobran al 60%. Además, según la ONG Control Ciudadano, se ha pasado de 50 generales de 1993 a 4.500.

La presencia de uniformados también ha crecido en el Ejecutivo. En el último mandato de Hugo Chávez había cinco ministros. Actualmente, un tercio de los 28 ministros y la mitad de los gobernadores son oficiales activos o retirados que fueron compañeros del fallecido fundador del socialismo bolivariano. Incluso desde el 2 de septiembre, la vicepresidencia del Área de Economía y Finanzas, con control sobre las carteras de Energía y Petróleo, Finanzas, Comercio, Industrias, Turismo y Transporte Acuático y Aéreo, está en manos del general de brigada Rodolfo Torres. «Le entrego la batuta y el liderazgo del equipo económico», dijo Maduro al concretar su «sacudida» contra la «guerra económica» que, asegura, promueve la oligarquía para provocar escasez e inflación.

Las últimas encuestas reflejan que su popularidad ha caído hasta el 32,5%. «Es imposible mantener un nivel de popularidad alto cuando el 80% de la población venezolana percibe que el país está mal o muy mal», señala el presidente de Datanálisis, Luis Vicente León. Lo atribuye a que «el debate central en Venezuela es de tipo económico. Afecta a la calidad de vida del consumidor, que también es votante». Ante esa tormenta, la lealtad del Ejército es fundamental para mantener el poder.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios