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Milicianos del Estado Islámico, en su bastión de Raqqa.
La temida vuelta de los 'guerreros santos'

La temida vuelta de los 'guerreros santos'

El origen norteafricano de muchos luchadores extranjeros del EI y el mito de Al-Andalus situarían a España a las puertas de la amenaza

MIKEL AYESTARAN

Domingo, 26 de octubre 2014, 01:02

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Michael Zehaf-Bibeau abrió fuego el miércoles a las puertas del Parlamento de Canadá en Otawa y mató al soldado Nathan Cirillo. Este joven de 32 años no había conseguido viajar a Siria, pero se había hecho musulmán y según la Policía tenía ya el billete de avión comprado y estaba a la espera de un nuevo pasaporte para volar hacia la yihad (guerra santa) promovida por el Estado Islámico (EI). El Pentágono calcula que el grupo cuenta hasta con 31.500 hombres, y de ellos al menos 15.000 serían extranjeros llegados de 80 países.

Entre esta legión foránea la Inteligencia estadounidense destaca que al menos 2.000 efectivos provienen de Occidente y disponen de pasaportes para volver a sus países de origen, lo que ha encendido las alarmas en Estados Unidos y Europa. Estas fueron las cifras que salieron a la luz cuando el presidente estadounidense, Barack Obama, ordenó lanzar la guerra contra el EI, pero los expertos advierten de que ahora pueden ser aún mayores debido al efecto llamada entre los más radicales que han tenido las bombas de la coalición internacional.

«Quizá el factor determinante de lo que hagan es la motivación que les lleve a volver: porque quieren regresar a sus vidas anteriores o porque se les ha ordenado volver con algún propósito vinculado a la continuación de la yihad. Desde luego, un cierto porcentaje (seguramente no mayoritario) supondrá un peligro, pero hay que considerar que si se quiere morir en nombre de Alá es más fácil hacerlo allí que aquí», opina Luis De la Corte, director de Estudios Estratégicos e Inteligencia en el Instituto de Ciencias Forenses y de la Seguridad (ICFS UAM).

«No puede ser que la UE exporte terroristas, y menos que después vuelva a reimportarlos», denunció el ministro alemán de Interior, Thomas De Maziere, a comienzos de mes, en pleno debate de los servicios de seguridad europeos para reforzar las fronteras exteriores y frenar el posible retorno de combatientes sin violar los derechos de privacidad, libre movimiento e intimidad de los ciudadanos.

El norte de África, desde Marruecos a Egipto, es la mayor cantera de yihadistas, junto a Jordania y Arabia Saudí, lo que situaría a España a las puertas de la amenaza tras el retorno de los combatientes.

Uno de los países occidentales que más 'guerreros santos' aporta a la yihad es Reino Unido -el segundo después de Francia-. Como destaca el profesor De la Corte, una de las claves es conocer la motivación del regreso a casa. Y el Centro para el Estudio de la Radicalización del King's College de Londres alertó en septiembre de que hay jóvenes que «quieren dejar la yihad, pero se sienten atrapados porque el Gobierno plantea encerrarles durante más de treinta años».

Este organismo recomienda a las autoridades la puesta en marcha de «un programa de desradicalización» para estos jóvenes con los que han contactado a través de las redes sociales y que se confiesan arrepentidos por su participación en una yihad a la que fueron para acabar con Bashar el-Asad, para terminar inmersos en la guerra interna entre grupos armados de la oposición, según recoge 'The Telegraph'. En el mismo caso se encontrarían las adolescentes austriacas Sabina Selimovic, de 15 años, y Samra Kesinovic, de 16, que tras siete meses en Siria, donde se casaron con yihadistas y se quedaron embarazadas, habrían manifestado el deseo de volver a casa por sentirse «decepcionadas», según revelaron sus padres a los medios de información. Las redes sociales son el principal altavoz para difundir las acciones del EI a todo el mundo, captar yihadistas y, al mismo tiempo, se han convertido en la forma de establecer contacto directo con ellos. El investigador español José María Gil Garre ha interactuado durante dos años con algunos jóvenes españoles y marroquíes que amenazan abiertamente con cometer atentados en España a su regreso y señalan objetivos concretos como «iglesias», «ayuntamientos» o «comisarías» de Policía.

Gil Garre subraya la importancia que para estos jóvenes tiene la figura de Al-Andalus -territorio de la Península ibérica bajo control musulmán en la Edad Media-, por lo que «España tiene un componente mítico, hablan constantemente de España, tienen una obsesión con atentar en Europa y, cuando puedan, lo van a hacer». Al-Andalus juega un «papel clave para la motivación», pero también para «pedirles el retorno o incluso que no viajen a Siria y se queden para hacer la yihad en casa», destaca .el investigador.

El autoproclamado califato en territorios de Siria e Irak cumple cuatro meses y ahora, además de una ideología, los extremistas cuentan con un espacio físico concreto en el que hacer realidad su interpretación radical de la sharía (ley islámica) y una bandera que se apresuran a izar cada vez que toman una posición.

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