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Luis Alfonso de Borbón y su esposa, Margarita Vargas.
El descendiente de Franco y San Luis

El descendiente de Franco y San Luis

Luis Alfonso de Borbón celebra el octavo centenario del rey santo en Francia, donde aspira a reinar como Luis XX

FERNANDO ITURRIBARRÍA CORRESPONSAL

Sábado, 26 de abril 2014, 00:33

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Con timidez laica y republicana, Francia celebra el octavo centenario del nacimiento de Luis IX, que pasó a la historia con el nombre de San Luis. Luis Alfonso de Borbón, bisnieto de Francisco Franco y de Alfonso XIII, participó ayer en los actos conmemorativos de la efeméride en Aigues-Mortes, el puerto mediterráneo del que partieron las cruzadas del rey santo. «El mensaje de San Luis es muy actual», declaró al diario Le Figaro el jefe de la casa capeta y pretendiente legitimista al trono de Francia.

San Luis, hijo de Blanca de Castilla y de Luis VIII, nació el 25 de abril de 1214 en Poissy, cerca de Versalles. No tenía más que doce años cuando ascendió al trono y reinó hasta morir por la peste en Túnez en 1270. Inhumado un año después en la basílica de Saint-Denis, necrópolis de los reyes de Francia a las afueras de París, fue canonizado en 1297.

Luis Alfonso de Borbón, duque de Anjou, comparte con su augusto antepasado el nombre de pila y la fecha de nacimiento, pues ayer mismo cumplió 40 años. «San Luis es un modelo con el que tengo en común varios lazos íntimos», confía al periodista Stéphane Bern, especialista francés de las realezas europeas. «En primer lugar, nuestras esposas tienen el mismo nombre, Margarita», apunta en alusión a la multimillonaria venezolana Margarita Vargas Santaella, madre de sus tres hijos.

Hay más similitudes del destino. «El rey Luis al nacer no era el sucesor pues tenía un hermano mayor, Felipe, muerto cuando él apenas tenía una decena de años. Con la muerte de mi hermano mayor, Francisco, yo viví el mismo duelo», recuerda en referencia a una de las tragedias familiares que persiguen como un maleficio a su rama de los Borbones. El 5 de febrero de 1984 el coche que conducía su padre, Alfonso de Borbón Dampierre, se empotró contra un camión después de saltarse un stop en Corella (Navarra). El duque de Cádiz, primo carnal del rey Juan Carlos, regresaba de esquiar en Astún con sus hijos Francisco, de once años, y Luis Alfonso, de diez, que resultó gravemente herido. «Por último, San Luis se convirtió en rey a los 12 años y yo apenas tenía más cuando me convertí en jefe de casa real», finaliza el paralelismo trazado en Le Figaro. Fue a consecuencia de un episodio más en la leyenda negra de infortunios y fatalidades.

El pasado 30 de enero se cumplieron 25 años de la muerte de su padre en un accidente de esquí en una estación de Colorado (Estados Unidos). Para entonces ya llevaba largo tiempo separado de su esposa, Carmen Martínez-Bordiú, la nieta mayor de Franco, que le había dejado para instalarse en París con el anticuario Jean-Marie Rossi.

El aspirante a reinar en Francia con el nombre de Luis XX es un defensor a contracorriente de la Corona en la República gobernada por François Hollande. «Con mi posición de heredero de una de las más viejas dinastías de Europa, me cuesta hablar de la realeza en términos nostálgicos», confiesa. «La monarquía 'a la francesa', como San Luis nos lo recuerda, es ante todo una voluntad de actuar guiada por la fe, que da los principios, y la razón, que permite permanecer en la realidad», proclama.

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