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Jael, una santanderina estudiante en Oregón. :: r. c.
«Hay cierta hipocresía en la sociedad norteamericana»

«Hay cierta hipocresía en la sociedad norteamericana»

Sábado, 3 de marzo 2018, 23:51

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Jael Burgada, santanderina de 21 años y estudiante del Grado de Administración y Dirección de Empresas en la Oregon State University, se enteró de lo ocurrido en Florida a través de las redes sociales. Luego, uno de sus profesores de Estadística introdujo el tema en clase. Habló de la fuerza de la Asociación Nacional del Rifle y del número y contenido de tuits que esta organización había lanzado horas después de la tragedia. También anunció a sus alumnos que si alguno de ellos quiere sumarse a las manifestaciones que el movimiento Never Again ha convocado el 14 y el 24 de marzo en Washington para exigir que se endurezcan los controles en la venta de armas, podrán hacerlo sin que faltar a sus clases les suponga un problema. Hasta ahora, esa ha sido la única respuesta a la tragedia.

Jael dice que Estados Unidos es un país lleno de contradicciones. «No es lógico que para algunas cosas traten a los jóvenes como si fueran niños y para otras no. Aquí se puede conducir a los 16 años y comprar armas a los 18, pero no se puede beber alcohol hasta los 21. En lugar de estar en una universidad y un colegio mayor, en ocasiones me siento como si estuviera en un instituto. Si pillan a alguien que ha bebido, pueden llamar incluso a la Policía. La realidad es que son algo hipócritas».

Después de haber pasado el último curso de Erasmus en Edimburgo, reconoce que la vida en Estados Unidos es muy diferente a la de Europa. «La ciudad en la que vivo, Corvallis, es muy tranquila y segura. La verdad es que no piensan habitualmente en este tipo de cosas, y mis amigos norteamericanos no son de los que tienen o hablan de armas, pero me llama la atención que a mucha gente joven le parezca atractivo entrar en el Ejército... quizá porque tienen muchas ventajas a nivel de seguros», explica.

Confiesa que le parece bien que los estudiantes se movilicen y se pregunta qué ha pasado para que no lo hayan hecho hasta ahora. «Creo que puede haber habido algún otro tipo de protesta coincidiendo con un suceso como este, pero no estaba aquí y no he tenido noticias. Desde luego, estas parecen ir muy en serio y me parece normal, pero lo cierto es que aquí, en la universidad, no parece ser un asunto que alumnos y profesores tengan mayoritariamente en la cabeza. Definitivamente, son muy peculiares».

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