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El bebé murió desnutrido

El bebé murió desnutrido

Se celebra en Bélgica un jucio donde se acusa a los padres de alimentar a su hijo de siete meses de manera equivocada. El menor llevaba una alimentación exenta de gluten y basada en bebidas de origen vegetal

LEYRE GONZÁLEZ

Lunes, 5 de junio 2017, 10:46

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La semana pasada una noticia alarmante saltó a los medios de comunicación. Un bebé belga de siete meses había fallecido y la Fiscalía pedía para sus progenitores 18 meses de prisión. Los medios se hicieron eco de la noticia, pero pusieron énfasis en que el niño llevaba una dieta exenta de gluten y eso era lo que le había provocado la muerte. El titular que se recogía en la mayoría de medidos decía algo así. «Muere un bebé de 7 meses al que sus padres le dieron una dieta sin gluten». Si bien el niño sí llevaba una dieta exenta de gluten, eso no le causó la muerte. Nadie se muere por llevar una dieta sin gluten. El bebé falleció porque estaba desnutrido. A sus siete meses solamente pesaba 4,3 kilos.

La relación de la muerte del menor con la dieta sin gluten alarmó a muchos padres que revisaron sus hábitos de alimentación. Las redes sociales también se hicieron eco de la noticia y muchas preguntas quedaron en el aire. ¿Es posible fallecer por llevar una dieta sin gluten? ¿Están en riesgo las personas celíacas e intolerantes a la lactosa? No, la respuesta es rotunda y clara. Nadie puede morir por llevar una dieta exenta de gluten.

Los progenitores de Lucas, que así es como se llamaba el niño, regentaban una tienda de productos naturales y basaban la alimentación del pequeño en bebidas de origen vegetal. Le habían autodiagnosticado intolerancia al gluten y a la lactosa, aunque ningún doctor pudo demostrar que sufriera estas dolencias ya que no existía ningún informe médico. Desde los tres meses le comenzaron a ofrecer este tipo de bebidas, ya que según han alegado en el jucio, «el bebé rechazaba el biberón».

Cuando la situación del menor se agravó, Peter y Sandrine, nombre de los padres, rehusaron llevar a Lucas al hospital y prefirieron recurrir a su homeópata, que una vez vio la gravedad del niño les mandó directamente al servicio de urgencias, donde nada pudieron hacer por salvar su vida. El estómago de Lucas estaba completamente vacío, como días después indicó la autopsia.

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