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Helen Lindes está embarazada de cuatro meses. :: r.c.
Separada por el zika

Separada por el zika

Un océano se interpondrá entre Helen Lindes y Rudy Fernández durante los Juegos Olímpicos. La modelo está embaraza de cuatro meses

ARANTZA FURUNDARENA

Viernes, 22 de julio 2016, 23:57

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El 4 de julio celebraron su primer año de casados, esperan su primer hijo... Pero están a punto de separarse. Y por culpa de terceros: un tercero microscópico pero muy dañino conocido como el virus del zika. Helen Lindes, espléndida a sus 34 años y en su cuarto mes de embarazo, se toma con deportividad el hecho de que pronto habrá un océano de por medio entre ella y su marido, el jugador de baloncesto Rudy Fernández. Él acudirá a la Olimpiada de Río. Ella no. «Son solo tres semanitas y para qué arriesgar», reconoce la modelo. El zika, presente en Brasil, es el causante de casos de microcefalia en bebés de madres que durante el embarazo sufrieron la picadura del mosquito portador del virus y Lindes no desea engrosar las estadísticas. «Incluso antes de quedarme embarazada no pensaba ir porque el virus puede permanecer hasta seis meses en el organismo, así que ahora el viaje a Río ni me lo planteo».

El propio Rudy Fernández estuvo dudando sobre si acudir o no a los Juegos, igual que su colega Pau Gasol, que incluso ha previsto congelar su esperma para evitar problemas de cara a una futura paternidad. Rudy y Gasol finalmente estarán en la ciudad carioca. Pero Helen Lindes advierte que, a su vuelta, su marido se someterá a «las pruebas que hagan falta» para determinar si ha contraído el virus, dado que también puede transmitirse por vía sexual. Eso sí, mientras dure la olimpiada, la modelo no va a quedarse en casa tejiendo... Su programa veraniego incluye una relajada estancia en Mallorca junto a sus amigas («las he invitado, no quiero estar sola»), y un posterior viaje a Lanzarote para visitar a su familia y especialmente a su madre, a la que Helen define como «una persona imprescindible en mi vida».

La vida de Lindes es ahora mismo del color del bikini con el que posó en las redes sociales anunciando su embarazo: rosa chicle. Tras unos primeros meses con náuseas, «nada comparables a las que sufren otras mujeres», Helen, que hasta la fecha ha engordado «un kilo por mes de gestación», o sea cuatro, dice sentirse «tan feliz y llena de energía que a veces hasta me olvido de mi estado». Nunca sintió prisa por quedarse embarazada antes de los 40. «Tengo a mi madre como ejemplo y ella me tuvo con 42», declaraba hace un par de años. Pero su marido, que es «muy niñero» ha ejercido cierta presión... «Él desde el principio me dejó claro que quería tener hijos». Rudy estará presente en el parto, que será en Madrid, previsiblemente en navidades. Pero la pareja no se pone de acuerdo sobre el sexo del bebé. «Él quiere niño, yo quiero niña. Supongo que es normal, cada uno se quiere ver reflejado en su hijo», razona Helen.

Esa diferencia de pareceres es una de las pocas disensiones que existen en esta pareja... «Rudy y yo somos iguales -aseguraba hace poco la ex Miss España-. En todo. Nos comunicamos con una mirada. Tenemos una compenetración total, una química especial que yo no había tenido con nadie. Ambos somos sensibles, fieles y orgullosos. Los dos queremos llevar la razón, pero luego nos ponemos en la piel del otro y al cabo de un rato admitimos nuestro error. Bueno, al final casi siempre es él -ríe Helen-. Reconozco que yo soy más orgullosa y me cuesta aceptar una falta».

Nacida en Girona y criada en Lanzarote, donde enseguida la apodaron «la niña de la inglesa», Helen Lindes es hija de una agente inmobiliaria británica y un constructor andaluz, que a su vez es descendiente de una comunidad escandinava asentada en Linares. «Lindes viene de Linden», explica la maniquí. Mucho antes de ser elegida Miss España 2000 y resultar proclamada Segunda Dama de Honor de Miss Universo, Helen fue una niña «tímida» de infancia itinerante («fui a dos colegios y a dos institutos»), y muy aficionada a posar ante la cámara.

Su madre le grababa vídeos convencida de que algún día triunfaría en las pasarelas. Y acertó. Bilingüe en español e inglés y con buen nivel de francés, Helen ha trabajado en Milán, Nueva York, Miami y París. Y nunca pensó que a sus casi 35 le seguirían lloviendo ofertas de trabajo. Tras enamorarse de un par de 'místers' de la belleza y de un surfero, la cuadratura del círculo en su vida sentimental llegó con Rudy Fernández. «Con él siento que estoy por fin en casa», afirma la modelo. Eso sí, de ser varón, el niño que esperan no se llamará Rudy, que viene de Rodolfo y se remonta al bisabuelo del deport ista... «Ahí vamos a romper la tradición», advierte Helen con un guiño.

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