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Jueves, 19 de mayo 2016, 12:52
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Un diamante no es para siempre. Ya, que el que hace el vídeo se pasa cuatro pueblos y eso es evidente. Quiere poner a prueba la dureza del elemento natural más duro. Bajo la enorme fuerza de esa prensa hidráulica se somete a este brillante a una tortura que le hace saltar por los aires. El que hace el vídeo presenta hasta los papeles de autenticidad del pedrolo y se parte la caja cuando revienta el diamante en el taller. "Cuatro mil dólares", dice entre carcajadas.
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