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EL CANDELABRO

LA 'FIFA'

ARANTZA FURUNDARENA

Lunes, 30 de noviembre 2015, 23:40

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Macri, el nuevo presidente de Argentina, no debería pasar a la historia por haber llegado a la cima del poder en su país sino por ser el primer hombre del planeta Tierra que declara públicamente que tiene demasiado sexo. Y con una sola mujer: la suya. Conocíamos, por Hitchcock, al hombre que sabía demasiado, pero nunca habíamos oído hablar del que (según su criterio) copulaba demasiado. Salvo quizá el atormentado Michael Fassbender en 'Shame' (lo suyo era una enfermedad), rara vez un varón de la especie humana tiene la sensación de sufrir un desgaste sexual excesivo. Hasta los 'obsexos', tipo Michael Douglas, cuando acaban en una clínica para corregir su adicción no suele ser por voluntad propia sino porque otros les han hecho ver que están para que los ingresen. Los Macri son punto y aparte. La Casa Rosada ha debido enrojecer al conocer a qué dedican el tiempo libre sus futuros inquilinos. «Yo estoy siempre predispuesta» ha confesado la actual (y tercera) esposa del nuevo presidente argentino en el programa de televisión 'El diario de Mariana'. Y él ha corroborado que sí, que ella es «insaciable» en la cama y que tienen sexo a cascoporro.

Qué gran país el del tango. No me imagino al Mariano de aquí, un hombre que a las reuniones tempranas las llama 'maitines', contándole sus secretos de alcoba a su tocaya argentina. Ni a esa ni a Bertín Osborne, así lo 'jarte' de fino. Aquí los políticos intentan lucirse con unos pasitos de baile, una canción con mensaje o, ya muy desesperados, cortando jamón en casa de Bertín. Pero a ninguno se le ocurre ponerse a hablar del auténtico 'pensamiento único'. Entre otras cosas, porque en España al candidato que presumiera de pasarse el día dale que te pego con el 'pibón' de su mujer no lo votaría nadie. Por envidia. Macri en cambio ha llegado a presidente de su país. Y, como siga así, será por méritos propios el próximo presidente de la Fifa. Si por 'fifar' entendemos lo que entienden los argentinos.

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