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C. BENITO
Jueves, 26 de febrero 2015, 22:53
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Ya sabíamos que Pablo Iglesias es muy hábil en el combate dialéctico, un tipo capaz de noquear a correosos adversarios en los rings de las tertulias televisivas, pero 'Vanity Fair' nos lo presenta en una faceta desconocida: con los guantes de boxeo calzados, listo para dar el golpe, en plan 'aquí va a haber más que palabras'. Las fotos forman parte de un reportaje en el que la revista ha retratado a varios políticos jóvenes, que podrían marcar «el principio del fin de los líderes tradicionales»: además del secretario general de Podemos, participan Alberto Garzón, Tania Sánchez, Borja Sémper, Albert Rivera, Inés Arrimadas y Ada Colau. Y falta Pedro Sánchez, que, según la publicación, «no ha querido».
En la entrevista, retan a Iglesias a confesar su mayor debilidad. «Peco de arrogancia y soberbia, como me recuerdan mis propios compañeros», responde. El profesor de Políticas se reconoce consciente de la dificultad de «ganar a la vez que construyes el partido», pero muestra la habitual confianza en su impacto: «Somos un desafío enorme. Se nota que somos diferentes y eso no lo soportan los partidos del 'establishment'». También le preguntan con quién se identifica: «Hombre, no soy como Jesucristo, pero a mí la interpretación que hace Francisco del Evangelio me convence. Creo que ahora mismo Bergoglio y yo estamos en la misma barricada». Ciertamente, el Papa declaró que el que insulte a su madre «puede esperar un puñetazo». Pero de guantes de boxeo no dijo nada.
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