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Quién prefiere Sanders

Quién prefiere Sanders

"...para el paisaje político estadounidense Sanders representaba una dosis de oxígeno tan imprescindible como la que también requiere nuestra particular carrera hacia el 26J"

Jorge Alacid

Sábado, 11 de junio 2016, 11:28

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Bernie Sanders, veterano político norteamericano con apellido de pienso compuesto, disfruta de sus últimas horas de popularidad sobrevenida. En su caso, no ha habido milagro a lo Leicester. La lógica (el dinero) se impone en las primarias demócratas, de modo que su rival acaba de ser nominada para competir en las presidenciales de noviembre contra el aspirante republicano, lo cual tiene sentido: para enfrentarse a Trump, mejor no aventurarse por el camino de lo imprevisible. Hillary Clinton representa por lo tanto lo contrario que Sanders: nula capacidad de sorpresa, un mensaje carente de novedades, el confort de la estabilidad.

Y, sin embargo...

Sin embargo, para el paisaje político estadounidense Sanders representaba una dosis de oxígeno tan imprescindible como la que también requiere nuestra particular carrera hacia el 26J. En medio del descrédito de la clase dirigente española, cuyo nivel de competencia lleva años arrastrándose por el sumidero del desprestigio, que concurriera en la campaña un dirigente capaz de construir un discurso de renovación ideológica, fuera a derecha o izquierda, serviría para ventilar el patio. Abrir las ventanas se llama la figura: dejar que penetre un aire refrescante. Que volvamos a recordar lo que fuimos (o lo que pretendíamos ser) y bebamos de las fuentes originales, que en política significa recuperar valores, principios, ideología. Que los partidos en liza renunciaran a los eslóganes disfrazados de programa electoral (que luego se incumple) y se decantaran por las ideas. Que la doctrina reemplazara a las ocurrencias.

Con ese objeto, parece pertinente receta a sus señorías que visiten la librería más cercana y se hagan con el ejemplar donde el amigo Sanders ha vertido su pensamiento político. Con el cual se puede estar de acuerdo o en desacuerdo, faltaría más. Pero al menos es eso: pensamiento. Por cierto, muy bien desarrollado. En las páginas del volumen descriptiva y prolijamente titulado 'Discurso sobre la codicia de las grandes empresas y el declive de la clase media' (¿Le suena a alguien semejante diagnóstico?), el casi fallido aspirante a presidir Estados

Unidos desgrana algunas de las ideas que cimentaron su más o menos célebre discurso de ocho horas en el Senado allá en diciembre del 2010: véase en este enlace su tramo final . Cuando recordó datos tan escalofriantes como el siguiente: en apenas dos años, 15 norteamericanos habían incrementado su fortuna en 170 millardos de dólares (millardos: ha leído bien el improbable lector), mientras que la cifra de compatriotas que viven en situación de pobreza se acerca a los 45 millones de personas. Sí, también ha leído bien: 45 millones de pobres.

Así que mientras repasamos mentalmente cuál de nuestros actuales senadores sería capaz de hablar desde la tribuna durante ocho horas y contenemos la risa, podemos revisar el discurso de Sanders en youtube o hacernos con un ejemplar del mencionado libro (editado por Malpaso) o de otro recién editado por Capitán Swing, donde recopila sus principales discursos. También podemos dejarnos atrapar por la melancolía pensando cuál de los actuales candidatos a presidir España será capaz de emocionarnos o conmovernos con un alarde semejante.

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