LA PALABRA MÁGICA VA A SER 'DIÁLOGO'

Por fin, concluyó que «por encima de las opiniones de todos los que estamos aquí, es un hecho que sin crecimiento no hay recursos para políticas sociales». Y «la única manera de asegurar ese crecimiento es hacerlo dialogando entre todos» (de nuevo ese término...). Aseguró que en los últimos cuatro años ha buscado «siempre el diálogo social y el consenso político (...) y voy a hacer todo lo posible para que ésta sea la legislatura del diálogo».

La reelegida alcaldesa se refirió después a iniciativas sociales elaboradas «entre todos los agentes implicados», su intención de plantear políticas desde la perspectiva de familia... «Las familias de clase media son y van a ser nuestra prioridad», aseveró, para destacar después el papel del Ayuntamiento en el «incipiente crecimiento de la economía y el empleo». «Debemos mantener esa política de ayuda a emprendedores, a pymes y a los que quieran invertir». Planteó además como meta «la ejemplaridad pública en toda actuación municipal», así como que Logroño sea puente entre la cultura urbana y la natural. «Si buscamos la unión en la diversidad podremos superar las dificultades», indicó.

Finalizada la intervención, sus compañeros de grupo, en pie, aplaudieron, mientras que los demás concejales, los que ejercerán de oposición, y también los de Ciudadanos, permanecieron sentados. Como presidenta del pleno, la misma Gamarra dio por finalizada la sesión.

Tras la misma, Beatriz Arraiz (PSOE) insistía en que el PP «se agarra al poder de cualquier manera» y dudaba de la voluntad de diálogo, vista la experiencia de la anterior legislatura, lo mismo que le pasaba a Rubén Antoñanzas (PR+) que achacaba al PP «haber arrollado con su mayoría absoluta». Gonzalo Peña (Cambia Logroño) hablaba de que ahora toca «trabajar, trabajar y trabajar porque no nos conformamos» y Julián San Martín (C's) coincidía en que diálogo va a tener que haber porque «gestualmente ya se ha visto quién está en la oposición».

En la calle, esperaban simpatizantes de Cambia Logroño que esperaron a sus ediles al grito de 'Sí se puede', pero que al ver al delegado del Gobierno, lo tornaron en 'Bretón dimisión'.