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El descanso del guerrero electoral

El descanso del guerrero electoral

Sanz paseó por el monte, Andreu fue a la compra con su madre, Legarra trabajó, Ubis vio a la UDL, Cantabrana escuchó a Iron Maiden, Mendiola ayudó a su padre y Sáez de Guinoa colaboró en casa

DIEGO MARÍN A.

Domingo, 24 de mayo 2015, 08:42

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La jornada de reflexión es, al menos en apariencia, un día de descanso tras una intensa campaña electoral pero, sobre todo, un receso antes del día decisivo, el de las votaciones de hoy. Los políticos, después de miles de kilómetros de aquí a allá anunciando las bondades de su programa, y criticar a los rivales, acostumbran a mostrarse ante los medios como simples ciudadanos.

Rajoy afirmó que pasaría el día en familia, mientras que Pedro Sánchez, además de esto mismo, confesó que vería un partido de la NBA. Rosa Díez dijo que pasearía a sus perros; Albert Rivera, que dedicaría tiempo a su hija; Pablo Iglesias jugó al fútbol y Alberto Garzón viajó a Málaga. Los candidatos riojanos no fueron mucho más originales, aunque, en general, todos admiten que descansaron y aprovecharon el día de ayer para pasar tiempo con quienes no han podido durante todos estos días pasados (familia y amigos).

Pedro Sanz, actual presidente y candidato del Partido Popular al Parlamento de La Rioja, se relajó yendo al monte a pasear. No aclara a qué montaña, pero debió de ser por las inmediaciones de Logroño porque no se trasladó a su pueblo, Igea, y disfrutó de la jornada de reflexión en la capital riojana, pasando más tiempo con la familia. También dio un paseo por las calles de la ciudad con su esposa con el objetivo de olvidar, al menos unas horas, la política.

Como curiosidad, y según él mismo declaró antes del mitin celebrado el pasado jueves en Pradejón, a buen seguro desayunó o merendó tarta de chocolate. ¿Por qué? Porque una niña llamada Lucía, hija de una candidata pradejonera, le regaló una tarta y Sanz, además de agradecer el detalle, le dijo que daría buena cuenta de ella con sus nietas.

Concha Andreu, candidata autonómica del PSOE, tenía previsto ir a ver jugar a sus hijos (el niño practica fútbol y la niña, balonmano), pero finalmente no compitieron. Así, Andreu aprovechó la mañana para ir a la peluquería, comprar unas zapatillas de deporte para su hijo en una tienda del casco antiguo y acudir al mercado de San Blas, como cada sábado, a hacer la compra junto a su madre. Cabe destacar la curiosidad de que compró carne en el puesto del concejal popular Alfredo Iturriaga. También tomó un vermú por la calle Portales. La tarde la dedicó a descansar en casa. «Nada de política», prometió la socialista.

Menos ociosa resultó la jornada para Miguel González de Legarra, el candidato del Partido Riojano. «He hecho lo de todos los días: trabajar. Tenemos que organizar las credenciales y reunirnos para coordinar la jornada de mañana», explicó el regionalista. Y es que, en su condición de «político modesto», declara que «a los demás quizá les hacen esta labor, pero yo no tengo posibilidad de descansar y apuraré hasta el último momento para hablar con mi entorno y convencer del reto que afronta mi partido». Aun así, guardó un tiempo de calma para acudir a comer junto a las secretarias del PR+, quienes, considera, «más sufren los rigores de la campaña».

Diego Ubis, candidato de Ciudadanos, quizá fue el que más rompió la formalidad, puesto que acudió a ver, como un aficionado más, el partido de la UDL frente al Huracán. «No suelo acudir, aunque tengo un amigo que siempre me anima a ir. Ahora sí que hay que animar en el 'play off', a ver si subimos a Segunda», declaró antes del encuentro. Por la mañana Ubis acudió al gimnasio, después de un par de meses «sin pisarlo», se acercó al trabajo para organizar algunos asuntos de cara a la próxima semana y se trasladó a Navarrete, su pueblo, donde anteayer finalizó la campaña electoral, «a tomar el vermú y dar una vuelta».

En Podemos, 'heavy metal'

Para Germán Cantabrana, de Podemos, fue «el primer sábado» que pudo visitar a sus padres: «Hacía quince días que solo me veían en los carteles electorales», dijo. Cantabrana quedó a comer con sus amigos, con quienes después tomó un café en la plaza del Parlamento, quién sabe si para ir familiarizándose con el entorno. La jornada también le sirvió para descansar porque «la campaña ha sido muy dura». «Mis días de ocio habían desaparecido, pero tengo ilusión y creo que va a merecer la pena», confió Cantabrana. Y admitió un secreto más o menos inconfesable: volvió a escuchar, después de varios días, el 'heavy metal' de Iron Maiden.

El único que no estuvo dispuesto a madrugar fue el calceatense Diego Mendiola, candidato de Cambia La Rioja. No obstante, aunque se levantó algo tarde, acudió, como acostumbra los sábados, a ayudar a su padre en la huerta que tiene en Santo Domingo. Allí cultivan cebollas, calabacines, ajos y disponen de varios árboles frutales. Por la tarde fue el turno de la lectura. Retomó la novela 'Daniela Astor y la caja negra', de Marta Sanz, una historia «sobre los límites del pudor y sobre qué significa la liberación de las mujeres», describe la editorial Anagrama. «La campaña no me ha permitido una socialización normal, aunque he intentado adaptarme, así que, además de hacer las labores domésticas, he intentado estar con mis amigos y mi familia», expuso Mendiola.

Emilio Sáez de Guinoa fue, si cabe, más cotidiano todavía. «He hecho vida normal», explicó el candidato autonómico de UPyD. Y es que Sáez de Guinoa colaboró en casa con las tareas de limpieza, poniendo el lavavajillas... y también ayudó a su hija con los deberes. «A mí se me dan mejor las Letras, y a mi mujer, las Matemáticas», reconoció. Además, como acostumbra, leyó Diario LA RIOJA y acudió a tomar el vermú al mediodía en el bar Marbella. Por la tarde fue al cine con su hija (en cartera estaba la nueva película de 'Los Vengadores'), pero, como Legarra, tuvo que sacar tiempo para acudir a la sede de su partido y «repartir a los apoderados».

Ástor García, del PCPE, fue el único que viajó. A Zaragoza. Tomó un autobús y se presentó en el compromiso que tenía allí. Una boda.

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