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Dos grandes operaciones aún pendientes de los reguladores

EE UU, menos severa, debe pronunciarse sobre la unión entre T-Mobile y Sprint, y la UE respecto a la compra de activos de Liberty por Vodafone

J. A. BRAVO

MADRID.

Sábado, 30 de junio 2018, 23:35

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En España no se esperan grandes operaciones corporativas a medio plazo, aunque de cara a 2019 distintas firmas de análisis bursátil especulan con la posibilidad de que Orange y/o Vodafone pujen por MásMóvil. Es probablemente el operador con mayores expectativas de crecimiento y el único de los grandes -ocupa el cuarto lugar del mercado desde que compró Yoigo en 2016 y tuvo así una red propia que cubre el 85% del territorio nacional- que está ganando clientes con fuerza este 2018; casi 300.000 hasta mayo.

Resulta complicado saber hasta dónde podría llegar una hipotética oferta -Vodafone invirtió 7.200 millones de euros para hacerse con Ono, mientras a Orange le bastó con casi la mitad (3.400) para adquirir Jazztel-, pero está claro que para los dos principales rivales de Telefónica sería el paso decisivo para aspirar a luchar por su reinado histórico. A la multinacional que preside José María Álvarez Pallete esa posibilidad no le preocupa por el momento; le ocupa más lo que pueda pasar en Alemania tras la compra por Vodafone de activos de la compañía estadounidense Liberty Global en ese país y otros estados del centro y este del continente como Rumanía, Hungría y también República Checa.

El mercado germano es el mayor de Europa y sirve de puerta de entrada a una amplia zona de la misma. Por eso al grupo británico no le ha importado mucho realizar la que es su mayor adquisición en lo que llevamos de siglo -10.800 millones de euros, junto a la asunción de un paquete de deuda por importe de otros 7.600 millones-, y que ha puesto en alerta a otros gigantes como Deutsche Telekom -la mayor firma europea del sector por capitalización bursátil, con 63.520 millones de euros- y la propia Telefónica.

Ambas han criticado que se crea con ella «un duopolio de proveedores de red fija». Por eso han pedido a las autoridades de competencia, alemanas y sobre todo europeas, que «si finalmente aprueban esta transacción la sometan a una regulación estricta». No es la primera vez que Álvarez Pallete apela al regulador de la UE para que se muestre tan exigente con los demás operadores como con ellos, por ejemplo, cuando frenó la venta de su filial británica O2 en mayo de 2016, una operación valorada en 13.000 millones.

El presidente de Telefónica afirmó en su última junta de accionistas que la regulación drena el crecimiento de las 'telecos' y las penaliza en Bolsa, tras cerrar el semestre con una caída de casi el 10% en su índice bursátil europeo (el Stoxx Europe 600 Telecom). En el sector lamentan que EE UU suele ser menos restrictivo. La prueba se verá cuando se pronuncie sobre la fusión entre T-Mobile (filial de Deutsche Telekom) y Sprint (de la japonesa Softbank), valorada en 22.000 millones.

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