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Las fábricas españolas, en vilo por la dependencia indirecta del mercado norteamericano

Aunque las ventas a EE UU solo son un 1,5% del total, otro 18% van a Alemania, el país más perjudicado por el arancel

JOSÉ M. CAMARERO

Viernes, 25 de mayo 2018, 00:38

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madrid. Buena parte de la fortaleza que la economía española ha mostrado en los últimos años se ha asentado en el impulso de la industria automovilística. Las nueve grandes plantas de fabricación (SEAT en Cataluña, Ford en Valencia, Volkswagen en Navarra, Mercedes en el País Vasco, Renault en Castilla y León, PSA en Galicia y Madrid, y Opel en Aragón) han mejorado las exportaciones del país, han mantenido sus plantillas y han contribuido a que toda una industria auxiliar se beneficie de las ventas de coches fabricados en España al exterior. Por eso, el posible arancel de EE UU a las importaciones de coches europeos le puede hacer mucho daño.

Por una parte, porque las ventas de automóviles que se fabrican en España y que destinan directamente al mercado norteamericano representan un 1,5% de todas las exportaciones que salieron del mercado nacional el año pasado, según la patronal de fabricantes Anfac. En 2017, se registraron 36.764 exportaciones a EE UU, aunque fue en 2014 cuando se alcanzó la cota histórica, superior a 52.000 unidades, representando un 2,6% del total.

Sin embargo, el mayor impacto en el que se podría ver envuelta la industria de automoción española si finalmente Donald Trump impone nuevas tasas que graven la entrada de vehículos europeos vendría por las relaciones comerciales con Alemania. La primera potencia europea es la economía que más tiene que perder con la amenaza de los aranceles. Porque una cuarta parte de toda su producción se dirige hacia el mercado estadounidense. Si las exportaciones germanas al otro lado del Atlántico se ven mermadas con la amenaza de Trump, el embolsamiento de vehículos con el que contaría Alemania, y a los que no podría dar tanta salida como hasta ahora, tomaría dimensiones relevantes para sus socios. De este modo, parte de las importaciones de coches que recibe de otros mercados europeos, como el español, también se verían afectadas en una especie de 'efecto dominó' que acabaría perjudicando a toda la UE.

Un 76%, camino a Europa

El año pasado, de España salieron hacia Alemania un 18,2% de todas las exportaciones de vehículos que la economía nacional consiguió vender a otros territorios foráneos. El mercado germano fue el principal receptor de mercancía de automoción. En un rango similar se situó Francia, donde se destinaron un 18,1% de las exportaciones españolas de vehículos. Mientras, Reino Unido compró un 13,3% de esa producción, e Italia un 10,7%. Con estas cifras, la exportación de vehículos hacia la UE ganó peso el año pasado hasta representar tres cuartas partes del total. Sus cuatro principales economías recibieron un 60% de las ventas exteriores del país.

El peso de esta industria para la economía española se ha convertido en un pilar clave tanto a nivel doméstico -empleo, impuestos, etc.- como externo -ventas a otros países-. En 2017, la fabricación de vehículos rozó los tres millones en las fábricas distribuidas por varias comunidades. España se sitúa en el séptimo puesto entre los países productores de todo el mundo, subiendo un escalón con respecto a 2016. De hecho, en el ámbito europeo, ocupa la segunda posición, solo por detrás de Alemania. Además, acumula aproximadamente uno de cada diez puestos de trabajo del país, de forma directa e indirecta.

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