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RAFAEL RUBIO - ANALISTA DE MERCADOS
Domingo, 18 de febrero 2018, 00:50
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Mientras que las Bolsas siguen a su aire, haciendo demostración de una fuerte volatilidad, los ahorradores/inversores encogen su ánimo dispuestos a asumir este chaparrón, que esperan temporal. Bien estará que en esa espera echen una mirada a lo que está pasando con sus fondos de inversión y, especialmente con las comisiones que les aplican, tras la entrada en funcionamiento del Mifid II. Y lo que está pasando es lo que se esperaba: el «efecto cohete y pluma». Tal efecto es manejado por los economistas y aplicable a muchas variables, como la evolución de los precios de la gasolina o las consecuencias de una subida de tipos de interés en el ahorro. Significa, en el caso de los fondos de inversión, que si se cambian las condiciones de remuneración para su comercialización, éstas se aplican como un cohete para las gestoras, que ya no tendrán que pagar una parte importante a las entidades que los colocan a sus clientes. Sin embargo, se aplican muy lentamente, como el vuelo de una pluma, a los partícipes. En consecuencia, las gestoras de fondos ya están sacando partido de la nueva normativa, mientras que son muy pocos los ahorradores que han visto reducir de forma sustancial las comisiones de sus fondos. Peor aún: algunas gestoras de fondos están cambiando los folletos de algunos fondos para trasladar a los partícipes el gasto derivado del servicio de análisis financiero sobre inversiones. Lo que significará que lo que podría ahorrarse el partícipe por la reducción de la comisión de gestión tendrá que pagarlo por ese nuevo gasto. Jugada maestra.
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