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LA CAZA, UNA FUENTE  DE RIQUEZA

LA CAZA, UNA FUENTE DE RIQUEZA

La unidad entre comunidades aumenta la superficie cinegética, lo que genera beneficios al ámbito rural

JULIO POMÉS JULIO POMÉS ES PRESIDENTE DEL 'THINK TANK' CIVISMO

Domingo, 22 de abril 2018, 00:51

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La protección y conservación de la naturaleza resulta fundamental en España, ya que más de la mitad de su superficie es agraria. Además, conviene facilitar la vida en el ámbito rural para evitar la despoblación, especialmente donde la industria no encuentra condiciones para instalarse. En los últimos años el campo ha mejorado su atractivo económico gracias al turismo rural, que combina naturaleza y patrimonio histórico.

Para promover el turismo de medio ambiente, se debe favorecer el equilibrio natural de flora y fauna, el cual depende de dos actividades relacionadas: la caza, y el mantenimiento y repoblación forestal. Con una se actúa sobre la preservación de la cadena trófica, y con la otra se asegura la viabilidad de las especies autóctonas, dando prioridad a las especies en peligro de extinción.

La actividad cinegética es uno de los principales motores de la economía del medio rural español. Según cifras del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, y de la Federación Española de Caza, el sector genera una facturación anual de 3.635 millones y 55.000 empleos directos, además de 20,25 millones de euros anuales en concepto de las 825.374 licencias expedidas en 2015 (últimos datos disponibles), de las que 713.139 están vigentes.

Dado su carácter de bien público, para que se lleve a cabo de forma sostenible hay que evitar el 'free riding', es decir, maximizar la caza minimizando el coste de acceso. Esto acarrea una perjudicial sobreexplotación y un importante daño ecológico. Por ello, desde hace años funciona un sistema de cotos (dos terceras partes de la superficie cinegética de España eran cotos), y de licencias, que permite el control de las capturas.

Las comunidades se encargan de emitir las licencias de caza que posibilitan ejercerla en su territorio, así como de gestionar sus cotos y las reservas. Si bien hacerlo a nivel local y regional es más eficiente, en los últimos años han surgido barreras artificiales, como exigir (y pagar) 17 licencias distintas, si se quería cazar en cualquier lugar de España.

Para evitar la ruptura de la unidad de mercado, recientemente se aprobó la licencia interautonómica de caza y pesca, que permite a 89.000 personas cazar en ocho regiones (Aragón, Asturias, Castilla y León, Extremadura, Madrid, C. Valenciana, Galicia y Murcia), sin necesidad de hacer ocho trámites distintos. Gracias a esta medida, las regiones que tienen más cotos de caza sobre el total nacional han conseguido frenar la reducción de la superficie cinegética, e incluso algunas la han aumentado, caso de Castilla-La Mancha (+1,01%), Asturias (+0,8%) y Extremadura (+0,68%). La importancia de esto para la economía es evidente: en las regiones con más cotos, el peso del PIB procedente del sector primario sobre su PIB total es mayor.

Aunque la tendencia de fondo es una caída continuada del número de licencias -desde 1995 han disminuido un 61%-, medidas como poner en valor el papel de la caza en el equilibrio natural de las especies ayudan a mantener en el tiempo el sector.

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