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El Banco de España cree que no se recuperarán 60.613 millones de ayudas a la banca

El Banco de España cree que no se recuperarán 60.613 millones de ayudas a la banca

De los casi 77.000 millones inyectados se han recobrado 4.139 y prevé que puedan obtenerse otros 12.000 millones al privatizar las entidades nacionalizadas

David Valera

Viernes, 16 de junio 2017, 13:27

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El Banco de España ha puesto cifras a la crisis financiera y la conclusión es demoledora. Estima que no se recuperarán 60.613 millones de los casi 77.000 millones de ayudas inyectadas a la banca desde 2008. La mayor parte de esa cuantía corresponde a dinero público a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) con 59.803 millones. El resto son aportaciones de la banca mediante el Fondo de Garantía de Depósitos (FDG), según consta en el 'Informe sobre la crisis financiera y bancaria en España entre 2008-2014' publicado hoy por el supervisor.

El documento, de casi 250 páginas, considera que el FROB no recuperará el 66% del dinero público inyectado a las entidades financieras. Es decir, se perderán 39.542 millones de recursos de todos los contribuyentes. La mayor parte de esa cuantía corresponde al rescate de Bankia. El Banco de España estima que se podrán recuperar 9.734 millones con su privatización, pero da por perdidos otros 12.690 millones.

También considera que no se recuperarán 11.831 millones de recursos públicos inyectados en Catalunya Banc; otros 8.551 millones aportados en Novacaixagalicia y otros 6.189 millones de Banco de Valencia. También darán pérdidas CEISS (954 millones), CajaSur (392 millones), Banco Gallego (340 millones) y BMN (192 millones).

En el caso del Fondo de Garantía de Depósitos las pérdidas se centran en la CAM (11.102 millones) Caja Castilla-La Mancha (3.782 millones) y Unnim (2.530 millones). En total este fondo perderá 21.071 millones, según las estimaciones recogidas en el informe.

Hasta finales de 2015 se habían recuperado 4.139 millones de ayudas (3.466 millones el Frob y 673 el Fondo de Garantía de Depósitos). El Banco de España considera que a esa cantidad pueden sumarse hata 12.198 millones procedentes, en su mayoría de distintas ventas de activos del Frob. En total se podrían recuparar 16.337 millones.

El informe recuerda que desde 2009 un total de catorce entidades han recibido apoyo de capital. En este sentido, explica que el número de cajas pasó de 45 en 2008 a 10 grupos, de los que 8 se han convertido en bancos; el número de oficinas se redujo un 32,3% al pasar de 45.662 en 2008 a 30.921 a cierre de 2015. Por su parte, el ajuste de plantilla también alcanzó en se periodo el 27% al reducirse de los 270.855 trabajadores a 197.825.

El documento repasa sin hacer ninguna crítica las medidas llevadas a cabo durante el periodo de turbulencias con el objetivo de evitar "la crisis sistémica que habría producido la quiebra de un buen número de entidades", principalmente cajas de ahorros, por vía del contagio y de una crisis de confianza sobre el resto del sector bancario español.

De hecho, considera que la liquidación de las entidades con dificultades a través de procedimientos concursales habría supuesto la asunción de gran parte de las pérdidas por parte de los depositantes, o por parte de los contribuyentes, en la medida en que el Estado hubiera tenido que cubrir los depósitos ante la previsiblemente incapacidad para hacer frente a esos importes del Fondo de Garantía.

En su relato de la crisis bancaria, el Banco de España recuerda que el sector financiero resistió "razonablemente bien" los primeros efectos de la crisis de las hipotecas 'subprime' en EE UU en 2007. Por tanto, no fija hasta 2009 los problemas de solvencia de las entidades españolas.

En ese momento se optó por la búsqueda de soluciones privadas entre las entidades, exigir mayores saneamientos y favorecer integraciones, con lo que surgieron las "fusiones frías" o los denominados SIP, un sistema institucional de protección. Como en algunos casos iba a ser necesaria la inyección de fondos públicos, se creó entonces el FROB.

"La extensión de la crisis de deuda soberana en la zona del euro" y la vuelta a la recesión de la economía española -algo no previsto por los organismos internacionales- exigió nuevos apoyos a la banca en 2011, rememora el informe. Ante esta realidad, las ayudas a la banca acabaron siendo una vez más insuficientes para recuperar la estabilidad del sector, al tiempo que se endurecían los requisitos legales, por lo que España tuvo que pedir el rescate financiero a Europa, el FROB inyectó capital a nueve grupos bancarios y suscribió acciones de Sareb, el banco malo que España se vio obligada a crear.

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