Amenaza de huelga en los aeropuertos desde septiembre

En mayo las tres centrales ya advirtieron al grupo que preside José Manuel Vargas de sus intenciones, instándola a presentar un nuevo plan de empleo «sin las limitaciones impuestas por la tasa de reposición», así como a abrir un período negociador. Desde entonces ha habido conversaciones entre ambas partes, pero fuentes sindicales sostienen que la empresa semipública (el Estado controla el 51% del capital mientras el resto se reparte entre socios privados y el mercado) ha venido rechazando sus propuestas.

Entre ellas destacan la creación de más puestos de trabajo -estiman 450 nuevas plazas para AENA y otras 250 para su matriz, ENAIRE, que se encarga del tráfico aéreo-, una subida salarial -no la cuantifican aún pero sí hablan de recuperar una pérdida de poder adquisitivo de la plantilla que, según sus cuentas, llegaría hasta el 8% desde 2010- y la recuperación de derechos perdidos.

La tesis sindical es que mientras el incremento de beneficios de AENA «rozó el 40» el año pasado con 1.164 millones -aunque fue en buena medida por recuperar parte de sus provisiones por expropiaciones de terrenos-, de los que la mitad se repartieron en dividendos entre sus socios, aumentaba un 17% el número de contratos temporales en la empresa, Además, de las 24 nuevas altas sin esa limitación, 20 eran directivos.

A ello se une, añaden, incrementos «inasumibles» de productividad (del 18%), lo que ha permitido «sanear» la compañía. Por ello, si no reciben una respuesta «positiva» a sus reivindicaciones antes del próximo día 16, formalizarán hasta 25 jornadas de paro en todos los centros de trabajo del grupo. No habría días de huelga consecutivos hasta diciembre, mes en el que concentran el 44% de ellos y cinco en fechas navideñas.