Montoro retrasa la rebaja de impuestos para usarla como arma electoral

Ésta fue una de las promesas que Mariano Rajoy utilizó durante la pasada campaña electoral e incluso que posteriormente pactó con Ciudadanos en su investidura: rebajar el IRPF hasta dejarlo entre el 18% y el 43,5% si se reduce el déficit del 3%, algo que se conseguirá en 2018 si se cumplen los pronósticos. Sin embargo, Montoro lo ha retrasado al menos a 2019. La Autoridad Fiscal, por su parte, pidió «prudencia» porque el objetivo de ingresos es «improbable».

En lo que el titular de Hacienda sí está trabajando ahora es en la elaboración del techo de gasto de los Presupuestos de 2018, que se aprobará el viernes 30 de junio. A este respecto, avanzó que crecerá ligeramente, pero en ningún caso por encima de lo que marca la regla de gasto, que para 2018 se sitúa en el 2,3%. A lo que sí ha mostrado su disposición es a negociar con el PSOE este asunto y otros tales como la financiación autonómica, puesto que para ello necesitan el apoyo de las regiones gobernadas por los socialistas. De esta forma, Montoro abrió la puerta a tomar medidas que permitan seguir ayudando a la reestructuración de la deuda de las autonomías y recordó que el Gobierno así lo ha hecho a través del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) y el plan de pago a proveedores. «Podemos completar esa refinanciación de la deuda autonómica, pero sin crear agravios, para no perjudicar a aquellas comunidades autonómicas que no tienen esa deuda», explicó.

Asimismo, el titular de Hacienda anunció que el Gobierno trabaja en introducir una penalización fiscal para las empresas que no cumplan la ley de morosidad con sus proveedores.