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El presidente del BCE, Mario Draghi, ayer durante su intervención en la sede del Banco de España. :: juan carlos hidalgo / efe
Draghi insta a los bancos a mejorar                       su rentabilidad recortando costes

Draghi insta a los bancos a mejorar su rentabilidad recortando costes

Sostiene que los efectos secundarios negativos de las medidas «no convencionales» adoptadas por el BCE están «limitados»

D. VALERA

Jueves, 25 de mayo 2017, 00:26

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El BCE mantendrá su política monetaria expansiva y sus medidas «no convencionales» el tiempo que sea necesario a pesar de las críticas del sector bancario. Ese fue el mensaje que Mario Draghi lanzó ayer al sector financiero, quejoso por los bajos tipos de interés que, a su juicio, ya se prolongan demasiado tiempo y reducen sus márgenes de negocio. Sin embargo, durante su intervención en la I Conferencia de Estabilidad Financiera organizada por el Banco de España en Madrid, el presidente del Eurobanco se mantuvo firme en su decisión y recordó a las entidades financieras que pese a los tipos cero existe espacio «para mejorar la rentabilidad aumentando esfuerzos en eficiencia operativa y reduciendo costes orgánicos». Es decir, les recomendó proseguir con los cierres de oficinas y ajustes de plantilla.

Una senda de reestructuración que en el caso de España ya ha supuesto una disminución del 37% en el número de sucursales bancarias desde el inicio de la crisis. Esto supone que las entidades financieras han suprimido unas 17.000 oficinas de las más de 46.000 que llegaron a tener en todo el país. Un ajuste tan significativo que ha provocado que casi la mitad de los pueblos de España ya no tengan oficinas bancarias. Evidentemente, esta reducción de locales conllevó también un recorte de las plantillas en el sector que asciende al 30% desde 2008, lo que implica 81.500 empleos perdidos, según los sindicatos.

Sin embargo, Draghi puso ayer el dedo en la llaga del sector al resaltar que la eficiencia de las entidades financieras comunitarias es inferior a la de sus competidores internacionales. Por eso les animó a mejorar ese aspecto que es compatible con el mantenimiento de la política expansiva del BCE. Y es que el banquero italiano defendió la conveniencia de su plan de estímulos como instrumento para «garantizar la recuperación» en la zona euro.

Pero Draghi destacó que esas medidas no sólo ayudan a la macroeconomía de los países-la zona euro crece en la actualidad al 1,7% y la presión sobre el euro en los mercados se ha relajado-, sino que también beneficia a los bancos. En este sentido, el presidente del organismo supervisor explicó que el bajo interés de los préstamos a empresas y hogares ha permitido reducir la mora crediticia. En España, por ejemplo, se situó en mayo en el 8,8%, el nivel más bajo desde inicios de 2012.

El máximo mandatario del BCE recordó que estos mecanismos -compra de activos, bajos tipos, facilidad de depósito con intereses negativos, etc- se pusieron en funcionamiento ante la perspectiva en 2014 de volver a una recesión y, además, de caer en la deflación. Por eso reiteró la necesidad de mantener esas medidas para lograr «el objetivo de estabilidad de precios» que tiene encomendado el organismo y que implica una inflación del 2%. También explicó que las acciones del BCE se verán beneficiadas en el futuro por la implantación completa de la Unión Bancaria, el plan de depósitos europeos y el fondo de resolución único.

Sin burbujas crediticias

Draghi dijo ser consciente de que la aplicación de las políticas del BCE «podría tener efectos secundarios negativos» como señalan algunos expertos. Sin embargo, afirmó que estos efectos «están limitados» y «minimizados». Es más, explicó que la mayor fortaleza del sistema bancario europeo actual conseguida a través de elevar los requisitos de capital y los test de estrés permiten proseguir con los estímulos. De momento, desde abril se han reducido las compras de activos de 80.000 millones a 60.000 millones mensuales. Un volumen que se mantendrá, en principio, hasta final del ejercicio. Luego la cuantía podría reducirse más en 2018 con vistas a desaparecer.

En cualquier caso, el dirigente del Eurobanco reconoció que existe el riesgo de que los bancos puedan suavizar sus condiciones de crédito para ampliar sus márgenes de negocio. «Nos preocupan las burbujas impulsadas por préstamos», señaló. Unas burbujas que afectan especialmente a los mercados inmobiliarios, como se vio en España antes de la crisis. Sin embargo, Draghi insistió en que actualmente «no hay ningún indicio de desequilibrios» en este sentido. Pese a ello, admitió que hay áreas que necesitan una «vigilancia muy estrecha».

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