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Sucursal del banco italiano Monte dei Paschi en Roma. :: afp
El BCE aboca a un rescate inminente al Monte dei Paschi, el tercer banco italiano

El BCE aboca a un rescate inminente al Monte dei Paschi, el tercer banco italiano

La negativa del supervisor a ampliar el plazo para su recapitalización causa un terremoto financiero

DARÍO MENOR CORRESPONSAL

Sábado, 10 de diciembre 2016, 00:50

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El ya ex primer ministro italiano, Matteo Renzi, anunció cuando presentó su dimisión el pasado miércoles que pensaba pasarse el fin de semana celebrando con su abuela su 86 cumpleaños y jugando a la videoconsola con sus hijos, pero va a tener que cambiar sus planes. Probablemente hoy o mañana a su Ejecutivo en funciones le va a tocar trabajar y aprobar de emergencia un decreto para salvar con dinero público al Monte dei Paschi di Siena (MPS), uno de los principales bancos del país y al borde de la bancarrota por la acumulación de créditos morosos.

La entidad esperaba salir del atolladero con una nueva ampliación de capital (la tercera en los últimos tres años) por valor de 5.000 millones de euros, pero la crisis política desatada después de que Renzi fracasara en el referéndum constitucional del pasado domingo y tuviera que dimitir ha tenido consecuencias funestas para el banco más antiguo del mundo. Fuentes del Ejecutivo señalaban anoche que pese a su situación de interinidad, este fin de semana podría llegar el salvamento del MPS con dinero público para evitar así que el lunes, cuando abran los mercados, el título siga desgastándose y añada un elemento más a la inestabilidad que sufre el país.

Cuando los responsables de la entidad toscana comprobaron que la caída del Gobierno ahuyentaba a los posibles inversores internacionales, como un fondo de Catar o el millonario estadounidense George Soros, pidieron una prórroga al Banco Central Europeo (BCE) hasta el 20 de enero para poder formalizar la ampliación de capital. La respuesta del BCE va a ser 'no', según adelantó ayer la agencia Reuters, lo que supone un bofetón tanto para el MPS como para el Gobierno en funciones. La noticia provocó que MPS se desplomara un 10,55% en la Bolsa de Milán, donde su cotización tuvo que ser suspendida en varias ocasiones. Los títulos del sector financiero se vieron igualmente afectados, por lo que el índice selectivo del parqué milanés cayó un 0,73%.

Se desconocen los motivos que han llevado al BCE a negar una ampliación del plazo a MPS, pero no hay duda de que se trata de una decisión con grandes consecuencias políticas y económicas para Italia. El presidente y el consejero delegado del banco se reunieron ayer con el ministro de Economía en funciones, Pier Carlo Padoan, para tratar la estrategia a seguir, que podría llevar a la ejecución de un plan para inyectar dinero público en la entidad. Debido a las restricciones impuestas desde el BCE para estas operaciones, Roma se plantea entrar en el capital del MPS a través de los 40.000 ahorradores que cuentan con obligaciones subordinadas del instituto por un valor estimado de 2.100 millones de euros. El Gobierno piensa comprar estas obligaciones para luego convertirlas en títulos y poder conducir así desde dentro el saneamiento de la entidad.

El MPS está desarrollando un duro plan para intentar salir del agujero, que contempla el recorte de 2.600 puestos de trabajo, aproximadamente el 10% de su plantilla, y el cierre de 500 sucursales. Además del adelgazamiento, prevé un movimiento aún más vital para la supervivencia de la entidad: el traspaso de una cartera de activos tóxicos por valor de 28.500 millones de euros. Con estos movimientos los responsables del banco esperaban volver a los beneficios en 2018.

Los problemas nacen de la incapacidad para digerir la compra de otra entidad financiera, Antonveneta, en 2008. El MPS pagó por ella 9.000 millones de euros al Santander, que la había adquirido pocos meses antes por 6.600 millones de euros. Antonveneta fue parte del lote que le tocó al banco español cuando se hizo con el gigante holandés ABN Amro junto a sus socios de Fortis y del Royal Bank of Scotland.

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