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El ministro de Economía, Luis de Guindos, en el último Eurogrupo en Bruselas. :: OLIVIER HOSLET / efe
«España ya no es el problema»

«España ya no es el problema»

Bruselas ha vuelto a salvar a Madrid de otra multa, ya que el PIB ha sostenido por sorpresa a un país en funciones

ADOLFO LORENTE

Domingo, 20 de noviembre 2016, 00:12

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«España ya no es el problema». La frase, rotunda, la pronuncia un alto cargo comunitario en conversación con este diario. Sólo seis palabras y todas cargadas de simbolismo. El 'ya' y el 'no' evidencian que hubo un tiempo pasado donde todo fue peor; el 'el' subraya la relevancia, el estigma de ser el señalado; y el significado de 'problema' no hace falta explicarlo. Problema se escribe ahora en portugués y, sobre todo, en italiano. Ojo con Italia, sus bancos, su deuda y con su primer ministro, Matteo Renzi, el líder de la socialdemocracia europea que podría caer si el 4 de diciembre pierde otro referéndum. Y como Renzi pierda, mejor abrocharse los cinturones.

El miércoles, el Colegio de Comisarios volvió a salvar a España de una sanción por su indisciplina fiscal. En esta ocasión, la Comisión decidió no congelar unos 1.200 millones de fondos estructurales. Antes, el 27 de julio, acordó por sorpresa no imponer una multa de hasta 2.000 millones. Dos de dos. Y en ambas sobraban argumentos técnicos y legales para hacerlo. «Somos una Comisión política», reiteran estas mismas fuentes. Y en efecto, la política salvó a España y a Mariano Rajoy, que recibió el indulto de Jean-Claude Juncker (PP europeo) pese al criterio de los vicepresidentes de la formación conservadora, que sí quería aleccionar a Madrid por sus casi diez años incumpliendo el pacto de Estabilidad (dice que el déficit debe estar por debajo del 3%).

Pero no. Ni ha habido sanciones y además, se dio dos años más al país para cumplir sus compromisos. Nada menos que la cuarta prórroga desde 2009, algo que Rajoy vende como un logro pero que en Bruselas se ve como un fracaso que evidencia que la cuarta potencia de la Eurozona no es capaz de cumplir sus compromisos. Pero España ha salido relativamente indemne. No tocaba.

Aunque pasó algo desapercibido a la sombra de Alemania, el principal porqué se conoció esta semana, cuando Eurostat dio a conocer la evolución del PIB del tercer trimestre. España registró un incremento intertrimestral del 0,7% y un aumento interanual del 3,2%. El doble que la Eurozona o Alemania, y el triple que Francia o Italia. No fue casual. Viene siendo así hace mucho tiempo. España ha sido el gran pilar del euro y lo ha hecho, además, estando durante casi un año en funciones. «Ha sido una sorpresa muy grata», confirman fuentes comunitarias. ¿Multar al país que más crece? El ministro de Economía, Luis de Guindos, encontró en el PIB su mejor aliado en su pelea con Bruselas.

El «robusto crecimiento», como lo definen los funcionarios comunitarios, no ha sido la única causa que ha salvado a España y en concreto a Mariano Rajoy del estigma de sufrir las primeras sanciones económicas de la historia del Pacto de Estabilidad y Crecimiento después de más de un centenar de incumplimientos. Y es que nunca se llegó tan lejos. Pero al final la pelota salió rozando el larguero. Se han dado una conjunción de factores de diversa índole para que fuera así. Primero y principal, por las duras reformas impulsadas por el país y que han despertado el aplauso de Bruselas (y Berlín). Pero también por la convulsa situación que vive la UE, sumida en una crisis existencial.

La parálisis política de España provocó una enorme preocupación en Bruselas por los muchos desequilibrios económicos que aún sufre el país (tiene, por ejemplo, el peor déficit de toda la UE). Sin embargo, la economía seguía respondiendo y la Comisión terminó dándose por vencida incapaz de entender nada de lo que estaba pasando en Madrid.

'Brexit', Trump y populismos

Y mientras, a Bruselas le iban creciendo otros problemas. Se empezó a hablar del rescate blando de la banca italiana, de un segundo rescate a Portugal, de una Grecia que sigue sin carburar... Y sí, del 'brexit', el fenómeno más relevante en décadas que ha hecho que el resto de problemas pasase a un segundo plano. La victoria del referéndum británico y, por ende, del temido populismo, se convirtió en la mejor excusa para jerarquizar los problemas de la UE y comenzar a cambiar un relato económico más social y no tan ceñido a la férrea ortodoxia. España crecía y se había salvado el 'efecto Podemos', así que ¿por qué multarla?

Y tras el 'brexit', acaba de llegar el efecto Donald Trump. Otro mazazo para una Europa de capa caída. Si algo sobran son problemas, así que el miércoles, la Comisión no sólo decidió indultar a España y a Portugal, sino también anunciar que por primera vez, proponía a los gobiernos que tuvieran margen (Alemania) que aprobasen estímulos fiscales por un monto global de unos 50.000 millones en 2017, como viene pidiendo el BCE.

Llegan nuevos tiempos. Hay mucho miedo al populismo en potencias como Francia, pero ojo, las reglas siguen estando ahí y España debe ajustar unos 5.500 millones en 2017 para cumplir con las exigencias de Bruselas. Mejor no tentar a la suerte. La amenaza de sanción sigue estando ahí.

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