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Bruselas empieza a definir su lista negra de paraísos fiscales

La Comisión envía a los socios datos para evaluar a los países sospechosos y luchar contra un fraude que supone pérdidas de un billón al año en la UE

ADOLFO LORENTE

Viernes, 16 de septiembre 2016, 00:23

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bruselas. La semana pasada un alto cargo comunitario confesaba que la estrategia es aprovechar el estallido de casos como el de 'Apple' en Irlanda para presionar a los países gracias a la ola de indignación ciudadana. Y en la Europa de la Gran Recesión, hablar de dinero es tocar la fibra sensible de muchos.

Ayer, la Comisión dio un renovado impulsado a su estrategia de lucha contra la evasión fiscal con el envío a los Estados miembros de los indicadores técnicos que dirimirán qué países terceros son considerados paraísos a ojos comunitarios. La lista negra definitiva no estará disponible hasta finales de 2017, aunque los próximos meses serán de un trabajo prolijo. Tanto que desde Bruselas han recurrido a su enésimo eufemismo y llaman ahora a los paraísos fiscales solo «jurisdicciones no cooperadoras».

Se han establecido una serie de indicadores técnicos que sirven de base para calificar el potencial riesgo de países terceros a la UE, usando tres indicadores: vínculos económicos con los Veintiocho, actividad financiera y factores de estabilidad. Pero «no es una lista preliminar» pues está llegaría solo como «último recurso» si antes no hay acuerdo con los implicados, matizaron desde el equipo de Pierre Moscovici, comisario de Asuntos Económicos, Fiscalidad y Aduanas.

El problema es que entre la información aportada aparecen tablas con decenas de países. No es que todos sean paraísos o potencialmente puedan serlo -de hecho, se encuentran Estados Unidos, Australia China o Japón-, sino que se ha calificado a todos los países del mundo según su relación con la UE.

Se pretende «evitar que cada Estado tuviera su propia lista» -algunos, de hecho, ni la tienen- y, al tiempo, lograr «mayor unión en un tema tan sensible. Y es que el fraude provoca cada año un agujero de un billón de euros en toda la Unión.

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