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La presión financiera impulsa una operación para quitarse 15.000 millones en ladrillo

Popular, que ayer se desplomó un 26,5%, se anticipa a más exigencias del BCE para reforzar tanto su balance y como su núcleo accionarial

JOSÉ M. CAMARERO

Viernes, 27 de mayo 2016, 00:48

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Con la ampliación de capital, Popular muestra la máxima resistencia posible ante un futuro que podría debilitar su balance, pero también su propiedad. Aunque lo hará a costa de sus accionistas: los inversores vieron ayer cómo se desplomaba en Bolsa un 26,5% hasta 1,73 euros. Cotiza en su valor más bajo desde 1992. Su precio es similar al de competidores como Sabadell, con el que habría intentado una fusión. El descuento de la operación es del 45% con respecto al martes.

La estrategia pasa por utilizar el nuevo capital para elevar la cobertura y vender su 'stock' en ladrillo a un precio más reducido sin dañar el balance. Se trata de desinvertir 15.000 millones en los tres próximos años. «Si lo tienen que hacer en pérdidas, ahora lo harán sin problemas», indica Ignacio Cantos, de ATL. «Es una de las entidades más débiles -destacan en Self Bank- sobre todo en calidad de estos activos».

La decisión coincide con la visita de la jefa de supervisión del BCE, Daniéle Nouy. «Nadie nos va a garantizar que las cosas van a estar mejor en el próximo mes», explicó Ángel Ron. Para los analistas, el temor a un cambio regulatorio ha marcado la operación. Jaime Díez, de XTB, explica que «el BCE podría exigir más ratios de capital o cambiar la valoración de los bonos estatales» y por eso «ha actuado ya».

Popular también podría conseguir fortalecer sus estructuras, aunque los expertos no descartan que sea objetivo de intentos de compra. «Lo intenta evitar, pero es difícil que lo consiga», apunta Cantos. Además, los expertos señalan que tendrá que realizar ajustes de costes «más profundos» a medio plazo.

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