Los Presupuestos del Estado más madrugadores reciben el visto bueno

Las cuentas públicas serán aprobadas por el Pleno del Congreso de los Diputados en la que será su última semana de trabajo antes de la disolución de las Cortes, obligada para que se cumplan los plazos previstos antes de la cita electoral. Bajo la sombra de la duda levantada por la Comisión Europea respecto a unas cuentas algo expansionistas y aparentemente demasiado optimistas en sus previsiones macroeconómicas y de ingresos, el Gobierno tanto en el Ministerio de Economía como en el de Hacienda- ha insistido en los últimos días, aunque sin terminar de convencer, que no habrá desviación en los objetivos de déficit público comprometidos para 2015 y 2016, puesto que también en los últimos años se les tachó de lo mismo y terminaron cumpliendo.

Han pasado poco más de tres meses desde que el pasado 4 de agosto fue presentado en la Cámara Baja el proyecto de ley correspondiente. Desde entonces, las cuentas han sido mucho más debatidas que modificadas. De hecho, solo el PP ha podido introducir cambios aprovechándose de su todavía cómoda mayoría parlamentaria -200 enmiendas en total-, con apenas media docena de guiños concretos a la oposición (los nacionalistas catalanes de la otrora CiU fundamentalmente). Fuera han quedado las cerca de 7.600 modificaciones pedidas por el resto de grupos parlamentarios, convertidas al final en papel mojado.

Los últimos retoques a los Presupuestos para 2016, que echan a andar con un techo de gasto de 123.394 millones (un 4,4% menor al previsto para este año), han sido variopintos. Ya en el segundo examen parlamentario (hecho por el Senado), se han incluido desde un nuevo tratamiento para los Activos Fiscales Diferidos (DTS) de la banca en el impuesto de sociedades a fin de evitar problemas ulteriores respecto a la normativa comunitaria- a la posibilidad de que los ayuntamientos puedan rebajar hasta un 20% el impuesto de bienes inmuebles (IBI) para los edificios más eficientes en términos energéticos.

Menos ingresos en el IRPF

Y mientras unas cuentas empiezan, otras se aproximan poco a poco a su final. Los datos en la evolución de la recaudación en el impuesto de la renta (IRPF), que se estanca en lo que va de año, aunque esperados. De hecho, en el Ministerio de Hacienda insisten todavía en que se podrá cumplir la previsión de ingresos tributarios para 2015, situada en 71.467 millones en términos de ejecución aunque lo estimado en un principio al aprobar los Presupuestos para este año ascendía a 72.957 millones.

Los últimos datos que maneja el departamento que dirige Cristóbal Montoro indican que la suma cobrada por la Agencia Tributaria vía IRPF de enero a septiembre apenas subió un 0,4% respecto al mismo período de 2014. El motivo, alegan, es el adelanto del segundo tramo de la rebaja fiscal previsto para 2016.

Números oficiales en mano, la reforma fiscal del Gobierno -que se empezó a aplicar a principios de año- va a suponer un ahorro de 3.005 millones de euros para los contribuyentes en el impuesto de la renta y otros 411 millones en la tributación de las empresas.

Así, según sus cuentas, en términos homogéneos los ingresos de dicho tributo habrían crecido un 1,2% en tasa interanual. Bajo la misma medida, lo obtenido en el impuesto de sociedades subiría un 21,3% desde enero. Los pagos de las pymes también se incrementaron (un 11,5%), al igual que los recursos logrados vía IVA_(7,9%), mientras que la recaudación total se elevó un 4,8%.