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José María Ruiz-Mateos y su esposa, Teresa Rivero, rodeados de sus 13 hijos en una imagen de archivo. :: r. c.
Una saga empresarial que continúa por el mismo camino que su progenitor

Una saga empresarial que continúa por el mismo camino que su progenitor

Los hijos varones de Ruiz-Mateos abren negocios de restauración y bodegas, mientras que las hijas están inmersas en inversiones hoteleras

JOSÉ M. CAMARERO

Martes, 8 de septiembre 2015, 00:30

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madrid. La dinastía de los Ruiz-Mateos ha sabido mantener las esencias del fundador de Rumasa en todas y cada una de las actividades que han desarrollado en los últimos años. Su 'modus operandi' es lo más parecido al laberíntico trabajo de las abejas en la colmena -su histórico símbolo corporativo-: los recovecos societarios, las vinculaciones familiares y las estructuras complejas han sido una constante entre los 13 hijos del matrimonio del empresario fallecido. La única línea bien definida la marcaba el género de cada descendiente: los seis hijos varones se fueron poniendo al frente de las empresas del grupo matriz, ante la posibilidad de embargo de Nueva Rumasa; sus siete hijas, relegadas por su propio padre de la primera línea societaria del holding familiar, se han tenido que dedicar a crear empresas de pequeño tamaño con una línea común, la inversión en costa a través de numerosos inmuebles hoteleros.

Nada importa que Álvaro y Javier hayan tenido que ingresar en la cárcel en enero tras ser condenados a dos años y nueve meses de prisión por no pagar el IVA en la venta de un hotel; que otros dos vástagos, Pablo y Alfonso, estén a punto de hacerlo, según apuntan fuentes cercanas a la causa por la que se les condenó a seis meses por no pagar los impuestos de otra venta del grupo; o que los seis varones -incluidos Zoilo y José María- estén a la espera de que se resuelvan las 50 causas pendientes por Nueva Rumasa.

Además de saber esquivar los problemas judiciales, los descendientes del magnate jerezano también han heredado de su padre la capacidad para reinventarse y resucitar negocios directamente o a través de terceros. A pesar de que en muchos casos han alegado insolvencia para no verse sometidos a embargos, algunos de sus vástagos han seguido creando empresas en los últimos meses. Así lo ha denunciado Antonio Biondi, esposo de Begoña, una de las hijas del empresario fallecido, quien aportó información a la Audiencia Nacional sobre los movimientos que estaban llevando a cabo parte de los hermanos de la saga. Los varones habrían adquirido 10 emisoras de radio, incorporadas a Radio Libertad, uno de los medios abiertos por el patriarca en su etapa de protestas en los años 80.

También se habrían ido sumando al negocio de la restauración a través de sus testaferros Joaquín y Francisco Capel Alcaraz, mediante la sociedad All 4 Foods: parte de los establecimientos que tiene repartidos la marca Steak Burger en Madrid; una franquicia de Pecaditos, también en la capital; y la cervecería Naturbier formarían parte de su estructura. Por cada restaurante, crean una sociedad, «como ha sido costumbre de la familia», para evitar que los problemas de unas afecten al resto, según denunció el propio Biondi. Se estima que podrían tener unos 14 negocios de comida.

También siguen apostando por un clásico del grupo, el negocio bodeguero, con la comercialización de marcas como Conde Romanones, Campoburgo o Marqués de Campo Nuble. Lo hacen tras la recuperar indirectamente la bodega riojana Marqués de Camponuble.

Mucho más insignificante quedó el papel de las mujeres en la estructura empresarial de Rumasa. Algunas hijas realizaban funciones de consultoría, asesoramiento o representación en torno al holding, pero ninguna ostentaba el poder que acumulaban sus hermanos. Casi todas tenían en común la misma trayectoria en sus currículum: desde 2005 comenzaron a constituir sociedades, muchas de las cuales se encuentran ya en suspensión de pagos.

Begoña Ruiz-Mateos es administradora de Grandificencia de Hogar, inmobiliaria hotelera; y apoderada de Radio Libertad y Ergio, sociedad que controla un chalet en Madrid; y Sisal. Patricia fue administradora de Casa Patriarcado, una firma dedicada a la gestión de inmuebles hoteleros y que se encuentra en concurso de acreedores. Lo mismo le ha ocurrido a Residencia Portanuevas, de Rocío. En el caso de Socorro, quien nunca estuvo ligada a Nueva Rumasa, administra Interestelar, con sede en El Puerto de Santa María (Cádiz) y un capital de 301.000 euros. Nuria es administradora de otra sociedad de transacciones hoteleras desde Sevilla. Paloma ostenta la administración de Inmuebles Gentilicios y Rumadiz -una compañía textil-. Y Almudena, que fue durante algún tiempo la relaciones públicas de la familia, figura como administradora de Finca de Rosada, con un capital inferior a 100.000 euros.

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