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El presidente del BCE, Mario Draghi, el pasado jueves en Milán. :: MATTEO BAZZI / EFE
Los mercados se preparan  para otra semana de sobresaltos

Los mercados se preparan para otra semana de sobresaltos

Los inversores anuncian ya movimientos drásticos en Bolsa, deuda pública y euro tras el rotundo 'no' en el referéndum griego

JOSÉ M. CAMARERO

Lunes, 6 de julio 2015, 00:31

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Los griegos se lo han puesto realmente difícil a los inversores de Bolsa y a los países de la Eurozona, que no contaban con un rechazo tan abrumador a las propuestas de los acreedores sobre la economía de su país. Muchos equipos de las principales firmas de inversión de la City londinense se reunieron ayer, desde primera hora de la noche, cuando el escrutinio aún no había superado el 50% aunque con el 'no' ya dado por sentado, para afrontar la que podría ser una de las etapas más convulsas en los mercados internacionales, en general, y europeos, en particular. A modo de ejemplo: tras otro 'no', el de los daneses, a su incorporación a la moneda única, las Bolsas europeas llegaron a caer un 35% en los cuatro meses siguientes. Entonces, ni siquiera estaba vigente la moneda, sólo su proyecto. Pero ayer, el euro anticipaba muestras de lo que puede ocurrir desde este lunes: en el mercado de divisas de Sídney (Australia), su valor cayó nada más abrir casi un 2% situándose por debajo de los 1,10 dólares.

Hasta ahora, el euro había aguantado bien, porque ni en sus peores previsiones los inversores contaban con esta situación. Desde que Alexis Tsipras convocara el referéndum, el cambio del euro se ha mantenido entre los 1,12 y los 1,11 dólares, prácticamente invariable. Pero ayer, JP Morgan anticipó, todavía cuando no estaba escrutado el 100% de los votos pero el 'no' arrasaba, el futuro de la Eurozona: «La salida de Grecia del euro es ahora la opción más probable». Fueron las palabras del economista de la firma Malcom Barr. No fue el único que anoche se apresuró a analizar las consecuencias del resultado electoral. Holger Schmieding, economista en Londres del grupo Berenberg, indicó que el 'no' «pondrá a Grecia con el piloto automático del 'Grexit'».

En una situación tan insólita como la que pasa la Eurozona, lo que señalan los analistas es que las operaciones más especulativas -aquellas que se centran en comprar y vender valores en muy poco tiempo- se harán con el mercado. Y con ellas, el temor, las montañas rusas, los movimientos drásticos y cualquier otro síntoma ajeno a la estabilidad. Además de la propia evolución del euro, las miradas se encuentran muy pendientes de la deuda pública. O mejor dicho, del coste de la deuda pública periférica. Porque los Gobiernos de países como España, Italia, Portugal o Irlanda, aparte del resto de comunitarios, se juegan mucho en las próximas semanas dependiendo de lo que los inversores estén dispuestos a exigirles por sus bonos. En las subastas que el Tesoro desarrolló la semana pasada se contuvo el precio de los Bonos a 10 años.

Cuanto más exijan los inversores a España por comprar su deuda, más le costará al Estado colocar esos productos y, a la vez, más dinero tendrá que destinar al pago de intereses. Hasta la semana pasada, España había conseguido emitir el 61% de la deuda prevista para todo el año, con un coste medio se encuentra por debajo del 1%, gracias, en buena parte, a la intervención del BCE con sus compras masivas de deuda. Buena parte de las miradas de este lunes también se centrarán en el presidente de esta institución, Mario Draghi, quien puede optar por aplicar con más contundencia los programas previstos hasta septiembre de 2016, además de ampliar, o no, los de liquidez y ayuda financiera a Grecia... o cortarles más el grifo.

La prima de riesgo podría hacer aún más honor a su denominación. Si todos los inversores se vuelven a refugiar en masa en el Bono alemán -el producto de deuda considerado más seguro del mundo-, el diferencial entre ese Bono y el español se podría disparar. En los peores años de la crisis económica, la prima alcanzó los 600 puntos básicos, en el verano de 2012. El mejor, en marzo, en los 95 puntos.

Si el euro se había mantenido estable y la deuda pública había aguantado el órdago de Tsipras, las bolsas europeas salieron perdiendo la partida desde el primer momento registrando su peor semana del año. Los analistas consultados por este diario insisten en que las de los bancos serían las acciones más perjudicadas ante el contexto que ahora se encuentra el mercado. E incluso desde algunas casas de análisis, como ABN Amro, anticiparon que el triunfo del 'no' conducirá a un nuevo Lehman Brothers, con la crisis que posteriormente provocó.

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