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Una mujer saca dinero en un cajero automático durante la jornada electoral en Grecia. :: marko djurica / reuters
Bruselas se enfrenta al vértigo de lo desconocido

Bruselas se enfrenta al vértigo de lo desconocido

La Eurozona se debate entre dejar caer a Grecia o mantener al país en el euro 'activando' al BCE, que hoy celebra una reunión clave

ADOLFO LORENTE

Lunes, 6 de julio 2015, 00:31

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Las crónicas del mañana arrancarán con una fecha, como mandan los grandes acontecimientos. «Ocurrió el 5 de julio de 2015...». Grecia dijo 'no' en las urnas, un 'no' que cayó como una bomba en Bruselas, enfrentada finalmente al maldito vértigo de lo desconocido. ¿Y ahora, qué? Enorme pregunta para la que, sin embargo, no hay respuestas claras, contundentes. No hay precedentes, no hay manuales de uso. El precedente se llamará Grecia. Lo que se decida ahora se hará en un futuro con el resto de países que estén en la misma situación. Si se abre la puerta del euro, tarde o temprano volverá a abrirse para que desfile otro país. Si se cede con Grecia, tarde o temprano, se cederá con otros que rechacen la ortodoxia comunitaria. Y esto a la Unión Europea le desquicia, no soporta que le marquen el paso. De ahí que la reacción que puede tomar ese magma llamado Bruselas sobre Grecia es una incógnita, que nadie descarte nada.

Anoche reinó el silencio en la capital comunitaria. Las reacciones al 'no' llegarán hoy, después de que los grandes líderes europeos pacten un mensaje con el que contrarrestar al eufórico Alexis Tsipras, que ayer se jugó en las urnas su puesto como primer ministro griego. Sale fortalecido moralmente, cierto, pero llegará a Bruselas peor que nunca. Y aquí es donde su país se juega su futuro, en el Eurogrupo, no en la plaza Syntagma. Grecia necesita dinero del resto de contribuyentes europeos (al menos otros 36.000 millones) para seguir sobreviviendo, pero Tsipras, acusado de «populista» al lanzar la estrategia del referéndum, es un líder quemado para sus socios. La confianza está rota y como suele ocurrir en el fútbol, por muy injusto que parezca, siempre sale mal parado el entrenador. No porque sea el culpable, sino porque es más fácil prescindir de uno que de 18, en este caso. Los otros 18 países del euro están más unidos que nunca, «dispuestos a todo», así que nadie se espere que van a poner una alfombra roja a Syriza.

Ayer el silencio se hizo en Bruselas, pero la semana pasada, todos hablaron y cada cual, más rotundo. ¿Qué significaría el 'no'? «Que Grecia dice no a Europa», zanjó el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. «Euro o dracma», aseguró el italiano Matteo Renzi, la gran esperanza de la socialdemocracia europea y uno de los supuestos aliados de Tsipras en su particular batalla contra el 'establishment'. «Si sale el 'no' deberán introducir otra moneda ya que no tendrán más euros a su disposición como medio de pago. ¿Cómo van a pagar los sueldos y las pensiones?», advirtió en la mañana de ayer el socialista alemán Martin Schulz, presidente de la Eurocámara. «Esperemos que gane el 'sí' para negociar con otro Gobierno», dijo el presidente español, Mariano Rajoy.

Cena Hollande-Merkel

Salió el 'no'. ¿Y ahora, qué? Los gobiernos de media Europa convocarán hoy sus gabinetes de emergencia, y la canciller alemana, Angela Merkel, viajará a París para reunirse por la tarde-noche con el presidente francés, François Hollande. Será aquí donde se decidirá la hoja de ruta a seguir, en una cena que decidirá el futuro griego dentro de la Eurozona. También en Fráncfort, donde el Banco Central Europeo volverá a reunirse para decidir si amplía los 89.000 millones de la actual línea de liquidez de emergencia (ELA), esa que en teoría sólo puede existir si Grecia está bajo el paraguas de un programa de rescate y sus bancos son solventes. Pero Grecia sufre entre los grilletes de un corralito que hoy vivirá su octavo día y que tardará mucho en levantarse.

El dinero escasea en los bancos -se agotará en un par de días porque el sábado apenas quedaban 1.000 millones- y si el BCE no amplía el ELA, no hay nada qué hacer. El Gobierno de Tsipras, por su parte, instó ayer a Bruselas a reanudar las negociaciones inmediatamente ante la sangría del país, pero de momento no está previsto ningún Eurogrupo.

¿Saldrá Europa al rescate de Grecia y accederá a reestructurar la deuda del país, incluso con quitas, como insistió el jueves el FMI? Es tan probable como que se mantengan inflexibles y el Gobierno de Tsipras se vea abocado a suspender pagos al BCE el 20 de julio y a tener que emitir una divisa paralela para pagar pensiones o el sueldo a sus funcionarios. Eso sí, seguiría dentro del euro, pero sin euro. Porque del euro no se puede salir permaneciendo en la UE y tampoco Grecia puede ser expulsada. Un caos.

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