El paro de larga duración se ceba con los desempleados mayores de 45 años

Esta situación amenaza con volverse estructural y crónica en dos colectivos especialmente: los mayores de 45 años y los parados con bajos estudios. En ambos casos, el porcentaje de parados de larga duración es muy superior a la media. Siete de cada diez desempleados mayores de 50 años son de larga duración -a partir de los 45 ya afecta a casi el 68% y a los 55 llega al 76%- y más de la mitad, de muy larga duración. Asimismo, los parados sin estudios o estudios primarios tienen una tasa de desempleo de larga duración superior al 70%. Pero ni siquiera tener estudios universitarios garantiza encontrar pronto un trabajo porque en este colectivo de desempleados, la tasa de paro de larga duración se acerca al 58%. Aunque el empleo creado en los últimos 12 meses ha permitido que 380.000 mayores de 45 años encuentren trabajo, según un informe de Adecco, los datos de la EPA muestran que el paro de muy larga duración se ha incrementado en 57.000 personas entre los mayores de 45 años.

Para reconducir esta situación, UGT reclama que la mitad de los ingresos obtenidos en la lucha contra el fraude fiscal y la economía sumergida se destinen a políticas activas para parados de larga duración y a darles a todos una prestación. El secretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer, presentó un informe con las propuestas de UGT para la lucha contra el paro de larga duración que quieren llevar a la negociación en el marco del diálogo social con el Gobierno. El año pasado, la Agencia Tributaria obtuvo 12.318 millones de euros de ingresos por la lucha contra el fraude; con la propuesta de UGT se destinarían a políticas activas de empleo más de 6.000 millones de euros frente a los 4.000 que figuran en el presupuesto actual. Es decir, que se incrementaría un 50% los recursos y ese aumento iría destinado directamente a los parados de larga duración.

A esa partida se añadiría otra de 630 millones de euros como mínimo para recuperar las prestaciones y subsidios que el Gobierno eliminó en 2012. Un decreto de julio de ese año suprimió el subsidio para mayores de 45 años y retraso el de mayores de 52 años hasta los 55 años, al tiempo que endurecía las condiciones para acceder al mismo. UGT quiere que todos los parados de larga duración tengan al menos el subsidio mínimo (426 euros al mes) y que esta prestación vaya unida a la realización de políticas activas. Aumentar la formación y combinarla con prácticas en empresas es otra de las medidas que propone UGT y no rechaza que los parados realicen trabajos sociales mediante contratos temporales remunerados, siempre que no se les utilice para cubrir puestos de trabajo estructurales o permanentes.